ESPAÑA

Un estreno con luces y sombras

Problemas de transporte y facturación ensombrecen el primer día con pasajeros de la nueva terminal de Barajas

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El sábado tocó inauguración oficial, y ayer la real, con pasajeros, vuelos y todo lo que conlleva una terminar en pleno funcionamiento. Y pese a la grandiosidad de la nueva terminal, su capacidad para operar y claro exponente de lo que es uno de los motores de España, la fiesta no fue ayer completa. Algunas sombras no permitieron que la nueva terminal no brillara con todo su esplendor, como estaba previsto, y junto a las celebraciones de Iberia, con actores y bautismo de aviones, hubo protestas de algunos viajeros que se quedaron en tierra o no salieron a la hora deseada.

Unos contratiempos que aunque la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, califico de «pequeñas incidencias» . Lo cierto es que ayer se produjeron apagones, despistes y una escasa oferta de medios de transporte en las primeras horas de funcionamiento. Pero también que desde Iberia se garantizaba que los 650 despegues previstos para la jornada salieran con «normalidad».

Los mayores contratiempos se dieron cuando cayó la tensión eléctrica en dos líneas mostradores de Iberia cuyo pasaje tuvo que ser atendido por otros, que se vieron desbordados. En las primeras semanas es normal que la gente se despiste y que se sucedan algunos problemas, pero la puesta en marcha ha ido razonablemente bien», dijo Álvarez. Según explicó, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) había reforzado los servicios de atención al viajero hasta 100 efectivos. «Ha habido pequeñas incidencias, que seguro se repetirán en los próximos días», añadió. Sin embargo, la impresión de muchos viajeros no era la misma. Poco antes de las 10.00 horas una batería que alimentaba a dos líneas de mostradores de Iberia en la Terminal falló.

Atendidos por muy poco personal, muchos vieron con impotencia como se cerraba su vuelo. Compuestos y sin tarjeta de embarque algunos fueron reubicados en otros aviones y muchos descargaron su indignación con los empleados de atención al cliente. Otros se lo tomaban algo mejor y junto a la comprensión aprovechaban para conocer la nueva terminal que permitirá duplicar la capacidad del aeropuerto madrileño.

Ese fue el primero de los apagones. Pues, según varios pasajeros, también fallaron algunos ascensores, las máquinas de pago en metálico del parking y muchos de los puestos de autocheking de Iberia repartidos por la T-4. La distribución de las maletas no fue una excepción. El nuevo sistema inteligente instalado en la terminal, con capacidad para gestionar miles de bultos a alta velocidad, no fue una excepción. También falló, y algunos vuelos llegaron a destino con la mitad del equipaje previsto.

Iberia tuvo que retrasar algunos aviones (México, Lima, Miami, Copenhague, París y Londres) por la misma razón. Las comunicaciones no fueron una excepción y durante todo el día el edificio satélite permaneció sin cobertura telefónica.

Colapsos

A esta suma de pequeños incidentes, normales en una inauguración de tales dimensiones según muchos profesionales del aeropuerto, se sumó el verdadero cuello de botella. El transporte.

Muchos viajeros de Iberia -que opera todos sus vuelos en la nueva terminal- acudieron guiados por la costumbre a las viejas terminales. Desde allí, y una vez enterados de la nueva ubicación de la aerolínea, tuvieron que trasladarse a toda prisa a la T-4. Los autobuses servidos por Aena para unir ambas partes del aeropuerto, y en los que viajan también los trabajadores del aeródromo, se vieron colapsados. Muchos pasaban repletos ante los atónitos viajeros que veían impotentes avanzar la hora. Esto provocó que algunos llegaran demasiado tarde y perdieran también su vuelo. Por otro ello, el Ministerio de Fomento como Iberia pidieron ayer a los pasajeros que vuelen desde Barajas que «acudan con tiempo suficiente». «Son distancias distintas, instalaciones nuevas y hace falta tiempo para acostumbrarse», aseguró la responsable ministerial, Magdalena Álvarez, tras conocer los primeros datos sobre la puesta en marcha de la terminal T-4. El consejero delegado de la aerolínea de bandera, Ángel Mullor, explicó que las indicaciones y los caminos por los que se distribuye el pasaje deberán cambiarse.

El directivo apuntó que «aún queda trabajo por hacer» y adelantó que, en función de la experiencia, las rutas para los pasajeros a través de la terminal se transformarán para evitar aglomeraciones y desplazamientos innecesarios.