CÁDIZ

Ingredientes con guasa para vivir el Carnaval

La tienda 'Carnaval de Cádiz' de la calle Veedor calienta motores para vestir a los gaditanos y visitantes con sus más de 8.000 productos, entre disfraces y artículos de broma

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La imaginación de los clientes de la tienda de disfraces de la calle Veedor llega a su fin en cuanto atraviesan la puerta de este local. Tras el umbral, más de 8.000 artículos esperan la llegada de clientes atrevidos y descarados que les permitan meterse en la piel de los protagonistas de la fiesta para disfrutarla en primera persona.

La amplia oferta existente atrae a gente de todas las edades, ya que cubre desde la talla de bebés a la XL, así como su precio. De 0.20 a 70.00 euros se pueden encontrar una enorme gama de productos que pasan desde la tradicional peluca o el maquillaje a los más elaborados como los disfraces de gomaespuma o las máscaras de látex.

Juan Manuel Virués Romero y su esposa María José adquirieron días atrás un vestido para su hijo de dos años. «Irá de diablo porque el tipo le viene de maravilla», confesaban. Ambos estaban encantados con la diversidad del local, destacando que «Cádiz adolecía de una tienda especializada en estos productos». Lo mismo entiende Rosario Duarte, quien acompañó a su hija Gema González a comprarse un traje de hechicera. «Hacían falta estos productos para el público de la ciudad, ya que es la fiesta más grande», apuntó.

Traspasando fronteras

La clientela de este comercio va más allá de las personas particulares, pues cada vez son más las agrupaciones legales o ilegales, infantiles o adultos, que dan allí forma a su tipo. Por sus probadores han pasado personajes conocidos de la talla de Paz Padilla, El Loco de la Colina, Andy&Lucas o Manolita Chen, así como numerosos miembros de las productoras cinematográficas que han rodado en la provincia de Cádiz. «Cuando la película de Camarón vino una señora y se llevó 12 trajes de Elvis Preysler», confiesa el propietario de este establecimiento, Francisco Javier González-Santiago.

Asimismo, la provincia supone el sector que demanda pedidos de mayor volumen. «El gaditano viene en busca de complementos porque hasta ahora no tenemos costureras que hagan disfraces, si bien estamos pensando ponerlas el año que viene», detalla.

Y como no sólo de pan vive el hombre, la tienda se ha especializado también en otros eventos como son Halloween, la Navidad, las ferias o el flamenco y las despedidas de soltero.

El último de los pedidos que ha encargado un grupo de hombres ha sido 20 trajes de monjas, para los amigos del novio, y uno de Papa para el prometido, comenta el empresario. No obstante, el 90 por ciento del volumen de estas ventas lo realizan mujeres «por su gusto a celebrarlo de otra forma», explica.

Tras el Carnaval, las perchas cambian las lentejuelas o plumas por los volantes y lunares encandilando a todo el que pasa por sus escaparates. «Una vez un mariquita se fue llorando porque le dijimos que no podía llevarse un corpiño y una falda. No le quedaba bien y además quería que se lo arregláramos para el día siguiente. Y no veas la que luego nos dieron un montón de peñas y amigos...», recuerda.