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Europa fracasa en su último intento de que Irán retome la negociación nuclear

La reunión de Bruselas deja claro que la resolución de la crisis es cosa de la ONU

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Irán está intentado evitar las sanciones de Naciones Unidas por la plena reanudación de su programa nuclear, pero no parece estar poniendo toda la carne en el asador. Con este objetivo, ayer tuvo lugar en Bruselas una reunión de los directores políticos de Alemania, Reino Unido y Francia con una representación de alto nivel del régimen de Teherán.

Se trataba de explorar informalmente la posibilidad de retomar las negociaciones, que se encuentran en un parón tras la decisión unilateral iraní de reanudar el enriquecimiento de uranio en sus plantas procesadoras. No hubo avances. Al término de la reunión, fuentes europeas declararon no haber encontrado «nada nuevo» en los planteamientos de Teherán.

Durante la mañana se había especulado con la posibilidad de que las autoridades del país islámico renunciaran a procesar la materia prima, aceptando la oferta de Moscú, que ha propuesto hacerlo en sus plantas. Para los europeos, esa solución, en función de las garantías que llevara emparejadas, podría ser aceptable, ya que evitaría el descontrol sobre el combustible nuclear procesado, y sobre su grado de enriquecimiento.

Tales expectativas se vieron defraudadas y por la tarde, el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE expresaba su «grave preocupación» por la actitud adoptada por las autoridades iraníes en la crisis. Los 25 exigieron de Teherán la suspensión inmediata del enriquecimiento de uranio, como media previa para restaurar la confianza perdida.

Vía diplomática

La UE, como declaraban la ministra austriaca de Exteriores, Ursula Plassnik, y su compatriota y comisaria, Benita Ferrero-Waldner, apuestan todavía por una solución de la crisis por vía diplomática, en la que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas desempeña un papel trascendental.

En este sentido, la reunión del consejo de gobernadores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, prevista para los días 2 y 3 de febrero, resulta crucial para estos propósitos.

Para ayer por la noche estaba prevista en Londres una reunión de UE y Estados Unidos con China y Rusia, reticentes aún a que el Consejo de Seguridad intervenga en la crisis e imponga sanciones a Teherán. Y para que quedara claro, horas antes, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, insistió en que aún había bastante margen de maniobra para resolver la situación sin apelar a la fuerza.

La jefa de la diplomacia de Washington estimó que una eventual acción militar seguía siendo considerada como una opción, pero que no estaba sobre la mesa. «Creemos que hay mucho margen de maniobra por la vía diplomática», insistió.

En su opinión, llevar el caso al Consejo de Seguridad de la ONU no supone «el fin de la vía diplomática», sino explorar esa vía «en un contexto más sólido». Dijo también que la comunidad internacional estaba unida en la necesidad de adoptar medidas ante la crisis desencadenada después de que Irán rompiera hace dos semanas los precintos de varias de sus instalaciones nucleares.

«Hay un gran acuerdo en la comunidad internacional sobre que Irán no debería tener permiso para conseguir armas nucleares, sobre que es necesario que suspendan las actividades que han reanudado y que regresen a la mesa de negociaciones», añadió Rice.