Reforma para dos

Quince letras. Reglamento autonómico en proceso de reforma que propugna altas cotas de autogobierno e incluye una mayor autofinanciación. La pregunta del crucigrama recibiría una respuesta casi unánime: Estatuto catalán. Pero existe una solución igualmente válida: Estatuto andaluz.

Ya nadie pone en tela de juicio que el pacto entre el presidente Rodríguez Zapatero y los dirigentes de CiU ha influido en los trabajos de la reforma estatutaria andaluza. El desacuerdo entre los principales partidos políticos andaluces radica en el grado y en el signo de esa injerencia.

Financiación, inversiones estatales y término nación. Estos apartados conforman la base de una confrontación que cuenta con dos posturas diferenciadas.

Desde PSOE e IU esbozan una media sonrisa, porque lo que se conoce hasta ahora del Estatuto de Andalucía no tiene nada que envidiar al de Cataluña y, además, enarbolan que la propuesta de financiación defendida desde Barcelona tiene un claro acento andaluz. El presidente Manuel Chaves fue el primero en apostar por la la cesión a las comunidades autónomas del 50%de lo recaudado en cada territorio en concepto de IRPF y de IVA, más el 58%de lo obtenido mediante los denominados impuestos especiales.

IU, que durante los últimos días ha mantenido frenéticas jornadas de trabajo con parlamentarios socialistas para atar nuevos cabos, apoyan a los socialistas, aunque quieren apuntalar los porcentajes de fondos de compensación y europeos, además de cifrar las inversiones del Estado bajo el baremo poblacional, y no el del PIB tal y como defienden desde Cataluña. El PSOE coincide en este análisis.

Del otro lado de la balanza, PA y PP han puesto en marcha una estrategia que, según los socialistas, tiene más puntos en común de lo que se pudiera presumir. Los andalucistas abandonaron los trabajos de la ponencia alegando que se desconocía los efectos de la negociación catalana. Ahora que ya son públicos no han modificado su discurso. El PA asegura que Cataluña será una autonomía de primera, y que el PSOE quiere relegar a Andalucía a ser autonomía de segunda.

Los populares regresan a la ponencia, pero con el mismo grito de guerra: Chaves ha traicionado a los andaluces, que perderán a causa del pacto catalán.