ANDALUCÍA

Prisión incondicional para el hombre que acribilló al conductor que atropelló a su hija

Ricardo Suárez, que permaneció oculto en Portugal hasta que decidió entregarse el viernes, exculpa a su mujer del crimen ocurrido en Sevilla

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El juzgado de instrucción número 18 de Sevilla decretó ayer prisión incondicional sin fianza para Ricardo Suárez por la muerte a tiros de un conductor que había atropellado levemente a su hija de siete años. En su declaración, se ha confesado único autor de los disparos y ha exculpado a su esposa, María Luisa C. J., de 31 años, que también está en la cárcel imputada por abrir la puerta del coche de la víctima y facilitar el tiroteo.

El detenido ha declarado que había sido él mismo quien vació el primer cargador, y abriendo la puerta del vehículo, disparó la segunda tanda de balas. Esta versión ha sido desmentida por un testigo protegido, que aseguró haber visto a la mujer interponiéndose entre la puerta del coche para evitar que la victima saliera y abriéndola a continuación para facilitar a su marido la segunda ráfaga de disparos. Ninguno de los dos, según el testigo, se acercó hasta la pequeña para comprobar su estado hasta que Gaspar García estaba muerto.

Declaración

Ricardo Suárez ha permanecido oculto 12 días en Portugal, aunque el pasado viernes decidió entregarse de forma voluntaria y acompañado de su abogado, al que llamó para interesarse por el estado procesal de su esposa. A su llegada a los juzgados, esposado y escoltado por seis policías, el detenido fue recibido por sus familiares, que protagonizaron diversas escenas de dolor y gritaban proclamando su inocencia. «Yo le pedí que se entregara, me llamó para decirme que disparó porque se pensó que venían a por nosotros», explicaba la madre, Matilde, entre sollozos. A ella se dirigió Ricardo al entrar, pidiéndole que le dijera «a la parienta que cuando salga venga a verme, vieja».

En su declaración de ayer, que duró una hora, reiteró que cuando disparó al conductor, Gaspar García, de 64 años, estaba «completamente borracho y ciego» tras ingerir botella y media de whisky. La juez ha desestimado la realización de una prueba con los cabellos del imputado ante la imposibilidad de determinar de esta forma la ingestión de alcohol. El imputado señaló que disparó «sin mirar a su víctima», a la que no obstante confundió con un miembro de una familia rival con la que en diciembre habían protagonizado una reyerta.

El abogado de la acusación, Rafael Villegas, criticó que Ricardo «estaba aleccionado de los atenuantes que debía alegar», ya que al estado de ebriedad añadió que «le entró la locura al ver a su hija en el suelo y pensar que estaba muerta».