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Bachelet dice que no hay tiempo que perder para iniciar la nueva era chilena

La jefa de Estado electa, que se reunió con Ricardo Lagos, asegura que su agenda es ambiciosa y «sólo tengo cuatro años»

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«Tengo tan sólo cuatro años y una agenda ambiciosa, no hay tiempo que perder», anunció la presidenta electa de Chile, Michelle Bachelet, tras la contundente victoria conseguida el domingo en la segunda vuelta de las elecciones. «A partir del 11 de marzo -día de su toma de posesión-, Chile no solo tendrá su primera presidenta mujer, sino que será el comienzo de una nueva era», prometió con entusiasmo la ganadora.

Acto seguido recibió en su casa al presidente Ricardo Lagos para hablar sobre la transición y las asignaturas pendientes que deja el mandatario saliente, a pesar de retirarse con un nivel de aceptación estimado por las encuestas en el 75%. En campaña, la popularidad de Lagos impidió a Bachelet mostrar sus diferencias con el presidente en ejercicio, pero ahora ella tiene su propio capital, mayor incluso que el que obtuvo su antecesor en el momento de ser ungido presidente, en 2000.

Agradecimientos

«Quién hubiera pensado hace veinte, diez o cinco años, que Chile iba a tener como presidenta a una mujer, y fueron ustedes quienes lo hicieron posible», agradeció Bachelet a sus seguidores en la noche de la victoria. La ganadora, que fue ministra de Salud y de Defensa de Lagos, se impuso en 12 de las 13 regiones del país, y sacó una ventaja de siete puntos porcentuales sobre su rival de la derecha, Sebastián Piñera.

Con ese amplio triunfo, Bachelet, médica de 54 años y madre de tres hijos, puede proponerse ser mucho más que la cabeza del cuarto gobierno de la Concertación para la Democracia, la coalición de socialistas y democristianos que administra los destinos del país sudamericano desde 1990, cuando finalizaron los 17 años de dictadura de Augusto Pinochet.

Esta mujer de gran carisma, que estuvo detenida y exiliada durante el régimen del horror, puede por fin avanzar en la distribución de la riqueza, y mostrar a toda América Latina que, si se animan, las mujeres están listas ya para ir a la conquista del premio mayor de la carrera política. Pero tiene poco tiempo. La reforma constitucional recientemente aprobada acortó el mandato presidencial de seis a cuatro años, por lo que su plazo vence en 2010.

«Demostraremos que una nación puede volverse más próspera sin perder su alma, que se puede generar riqueza sin contaminar el aire o el agua, que se puede estimular a los que emprenden y al mismo tiempo auxiliar a los que se quedan atrás, que se puede construir un país donde todos cabemos, mujeres y hombres, de la capital y de las regiones», resaltó en su primer discurso como mandataria electa.

Enfrente tendrá una oposición firme y con ansias de alternancia. Su rival en la contienda del domingo, el derechista Sebastián Piñera, obtuvo el 46,5% de los votos frente al 53,5% de Bachelet. El empresario felicitó a la ganadora y prometió hacer una oposición constructiva y responsable. Pero los analistas anticipan que habrá un fuerte debate en las filas perdedoras por el liderazgo del sector conservador.

En la primera ronda, celebrada el 11 de diciembre, la derecha se presentó con dos candidatos. Por un lado Piñera, que obtuvo entonces el 23,5% de los votos, y por el otro el ex alcalde de Santiago, Joaquín Lavín, que cosechó el 21%.

Divergencias

Asimismo, Bachelet deberá lidiar con las divergencias que ya se hacen oír dentro de la concertación gobernante. La democracia cristiana cedió el espacio a la candidata socialista, que mostraba tener más posibilidades para llegar a la presidencia, pero ahora espera cobrarse un espacio relevante en el nuevo gabinete. Los colaboradores de la presidenta electa creen que es allí, en la conformación del equipo, donde se darán las primeras señales sobre el rumbo que se quiere dar al nuevo gobierno.