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El Algeciras se confirma ante el Mérida

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Evidentemente, este Algeciras es diferente al que terminó 2005. Empezó a demostrarlo la pasada jornada en Badajoz y ayer lo rubricó ante uno de los equipos mas sólidos que han pasado por el Nuevo Mirador esta temporada, y al que derrotó no sólo en el marcador final, sino en todos los conceptos.

El Mérida U.D. llegaba Algeciras con la vitola de ser el mejor equipo de categoría nacional en sus desplazamientos, con una sola derrota fuera del estadio Romano en toda la temporada (3/2 en Aguilas).

Ayer cayó por segunda vez debido sobre todo a la capacidad de sacrificio y al tesón que pusieron los rojiblancos, que no dieron el partido por perdido en ningún momento y que difuminaron a los de Lucas, sobre todo en la segunda mitad.

El partido había levantado expectación entre los aficionados locales que no salieron defraudados, sobre todo por como finalizó el choque. Es más, seguro que se llevaron la mayor alegría de esta temporada.

La primera vez que el Mérida llegó con peligro fue en el minuto 33 y significó el tanto visitante, producto de la magistral ejecución de un libre directo por mediación de Benitez, que se la coló a Javi Fernández por la escuadra izquierda de su portería.

Tuvo tiempo de empatar el Algeciras antes del descanso por mediación de Quique Romero, uno de los mejores jugadores del partido, pero finalmente la jugada tampoco tuvo consecuencias.

Tras el descanso el empate se veía venir, se palpaba en el ambiente, se masticaba entre los aficionados que estallaron de alegría en el minuto 78, cuando una melé dentro del área la resolvió, como no, Juan Pablo metiendo la punta de la bota, para mandar el balón al fondo de la red.

Parecía que el reparto de punto era inevitable, a pesar de que Antonio Gutiérrez había sacado a su artillería pesada al escenario de la batalla.

Armada, que salió al filo de la hora, tuvo también su ocasión cuando el reloj corría hacia la finalización, fue en el minuto 88, si bien su centro, casi gol olímpico se paseó muy cerca de la madera, sin que nadie consiguiera meterla dentro.

El paroxismo llegó después de transcurrido el tiempo reglamentario, cuando más gusta ganar los partidos, cuando peor cara se le queda al perdedor, cuando hace que el público salte de sus asientos como loco y se ponga a aplaudir hasta la extenuación. Este partido debía terminar así. Fue en el minuto 93 cuando un centro muy cerrado por la banda derecha del ataque rojiblanco lo cabezeó Curro, en el segundo palo, ante el fallo de Moisés y el balón se coló en la meta visitante.

La desolación emeritense contrastó con la alegría algecirista que veía como finalmente sus esfuerzos eran recompensado.

Esta es la segunda victoria consecutiva del conjunto algecireño esta temporada, tres puntos que le dejan mucho más cerca de la salvación a la espera del líder el Cartagena, que el domingo llegará al Nuevo Mirador mucho más preocupado, porque a este Algeciras ya hay que tenerle respeto.