Victoria agónica del Racing de Santander a costa de un Villarreal sin suerte

El Racing de Santander consiguió ayer la victoria en casa que anhelaba desde hace meses en un partido en el que desbarató al contragolpe el juego del Villarreal, pero que se convirtió en un suplicio para sus jugadores cuando el equipo se quedó con nueve y acabó encerrado en su campo, sacudiéndose como podía a su rival. El Villarreal comenzó imponiendo su ritmo al partido, siguiendo la pauta que marcaba su director de orquesta, Juan Román Riquelme.

De las botas del argentino partieron las primeras ocasiones del partido, en forma de pases al interior de área que Forlán, primero, y Sorín, después, no supieron aprovechar. El ex jugador de Boca Juniors dispuso de la siguiente ocasión del partido e, involuntariamente, activó el arma al que se iba a encomendar a partir de ese momento el Racing: el contraataque. El Racing pensaba ya en el descanso cuando Alfaro perdió un balón que, en principio, no tenía peligro y se vio obligado a derribar a Sorín en el área. Riquelme falló la pena máxima. El Villarreal no supo sacar partido a su ventaja y ocho minutos más tarde fue su equipo el que perdió un hombre, Héctor Font.

Agotados todos los cambios, Racing y Villarreal jugaron a la desesperada el primero, poniendo frente a la portería de Aouate a toda su artillería aunque sin éxito, y el Racing defendiéndose como podía. Al final, el Racing se llevó la victoria.