El camino a Europa pasa por Montjuic

Pasaban las doce de la mañana de ayer cuando el Cádiz conocía a su nuevo rival de la Copa del Rey. La fortuna cruzaba a dos de los equipos más vulnerables que se dieron cita en el bombo de los cuartos. Las bolas del sorteo decidieron ayer que Cádiz y Espanyol se batan el cobre para asomar su cabeza en Europa. Y es que el destino ha querido que los cocos de la competición (Barcelona, Valencia y Real Madrid) se jueguen el pase a las semifinales contra los equipos menos fuertes que aún perduran en el torneo del KO. Lo que dicho de otra forma significa que, si se cumple la teoría del fútbol, y los grandes eliminan a sus contrincantes, consiguiendo además en Liga una plaza que les dé derecho a jugar la Champions, el Cádiz podría pisar por vez primera el continente europeo si logra dejar en la estacada al Espanyol y le acompaña la suerte en la semifinal. Y es que en el caso de disputar la final contra un club de Champions ya estaría matemáticamente en la Copa de la UEFA.

Lo cierto es que la plantilla ha tomado conciencia de ello y, quien más quien menos, todos piensan en que meter al equipo en Europa sería una hazaña y, a su vez, una recompensa para la afición.

Lógicamente, y con los pies en el suelo, la plantilla amarilla prioriza que lo que ahora realmente importa es el Málaga por tratarse del próximo rival en Liga. Aunque de la misma forma, considera que de los rivales que podían tocar ha ido a caer el que mejor se le puede dar al Cádiz. La gran mayoría de la plantilla, comenzando por el entrenador y acabando en el utillero, señalan que la eliminatoria está en el aire. Algo que no es poco si se observa los conjuntos que entraron en el bombo de Las Rozas.

Uno de los primeros en valorar el rival fue Víctor Espárrago. Como es habitual en el preparador amarillo restó relevancia al enfrentamiento copero traspasándola por completo al campeonato liguero. Para Espárrago, en cierta forma era normal que a su equipo le tocase el Espanyol ya que «era uno de los equipos que estaba en el bombo», bromeó. Ya más en serio, el técnico indicó que el cuadro perico era uno de los equipos más asequibles a los que se podía enfrentar. Indudablemente, para Espárrago, en el bombo de los cuartos los «más pequeñitos éramos nosotros seguidos después de Betis y Espanyol», comentó con sinceridad.

No obstante, destacó del equipo de Miguel Ángel Lotina que ya la temporada pasada consiguió alcanzar la UEFA.

Con algo más de morbo vivirá la eliminatoria un integrante del cuerpo técnico cadista que en una anterior etapa defendió los intereses del Espanyol. Lorenzo Buenaventura cree que la eliminatoria será estará equilibrada puesto que se trata de «dos equipos que seguro tienen mucha ilusión puesta en esta competición», asegura.

Continuando con la cascada de reacciones, Jonathan Sesma apuntó que el Espanyol es «un rival un poco asequible y que queríamos». Asimismo, el canario espera que su equipo pueda repetir en el partido de vuelta el resultado de Liga que consiguió el Cádiz.

De parecida opinión era Pavoni. «Será una eliminatoria muy igualada; puede ganar cualquiera», comentó antes de afirmar que estaba contento porque «no nos ha tocado el Barcelona, un equipo muy superior al resto».

Otro de los que se mostraba satisfecho era Suárez. Especialmente con el hecho de tener que jugar el primer partido como local. «Nos viene mejor porque ya hemos demostrado que en casa podemos sacar buenos resultados», decía en una afirmación en la que coincidía con la práctica totalidad de la plantilla salvo Benjamín. Para el pucelano, «en la Copa nunca se sabe». El jugador cedido por el Betis sabe lo que es jugar esta competición e incluso conoce que se siente levantando una Copa del Rey y asegura que «estas eliminatorias se juegan a 180 minutos a toda leche».

Con la excepción del vallisoletano, todos reconocen que la mejor opción que se podía dar era jugar como local el primer encuentro. Incluído Espárrago. El entrenador recuerda la eliminatoria contra el Sevilla en la que se comenzó jugando como local y eso «es un buen augurio».

También para su compatriota Estoyanoff supone una ventaja estrenar la eliminatoria en Carranza. «Creo que jugar aquí es mejor porque luego juegas allí con el resultado ya visto», argumenta el internacional charrúa.

Por su parte, el delantero Medina también era partidario de las mismas ideas. «Lo principal era jugar en casa el primer partido porque si ganas le pasas el nerviosismo para el choque de vuelta al otro equipo», advierte el cacique. Mirosavljevic también encontró a su gusto el rival de cuartos. «Ya antes del sorteo quería al Espanyol para evitar a Madrid, Valencia o Barcelona», explicaba.

Pero sin duda, el más arriesgado en sus declaraciones fue Enrique. «Si pasamos sería una pena quedarnos ahí, por lo que si llegamos a semifinales, ya hay que pasar la final», comentaba ilusionado el extremeño.