El Maestro Guerrero El compositor de recuerdos

Muchos gaditanos le conocen, pero casi todos los españoles con más de 40 años de vida han escuchado cosas suyas. No, no se trata de comentarios, ni de referencia a su persona, esas cosas suyas son piezas de la banda sonora de aquella España sepia que se limpiaba las penas, los rencores y los atrasos con coplas que salían de los aparatos de radio, los teatros y las pantallas de cine. Salvador Guerrero Reyes es el autor de una, enorme, parte fundamental de ese legado musical y oral, que podrá gustar más o menos, podrá apasionar para bien o para mal, pero representa con la fidelidad del calco una etapa de la sociedad española del siglo XX.

Ahora, en su estudio de la calle Barrié apenas tiene sitio para 82 años de una historia musical y personal que le llevó, previas escalas en Barcelona, Valencia y Sevilla, a legar un enorme conjunto de coplas que forma parte -nada menos- de la memoria colectiva de una generación de españoles que ya están jubilados o andan con los trámites.

En esa historia, el gaditano Salvador Guerrero es el autor de guiones (porque más que coplas eran historias) que interpretaron Lola Flores, Paquita Rico (para debutar), Pepe Blanco, Imperio de Triana, Antoñita Moreno, Amparo Bautista, Pepe Marchena, Manolo Escobar, Los Chavalillos de España y cien más: todas aquellas estrellas en blanco y negro, que saltaban a la fama a través de los micrófonos y no de las cámaras, que hablaban de traiciones, goces y dolores que había inventado el compositor gaditano. Desde el pasado diciembre, esa trayectoria tan meritoria y semidesconocida tiene una documentación fundamental. Salvador Guerrero Reyes, el Maestro Guerrero para todos los habitantes del universo inmortal de la copla, ha reunido lo que cabe en un libro de toda esa carrera brillante pero discreta, en la que alimentó la leyenda de otros con decenas de letras que miles de personas saben sin conocer el nombre de su autor. El volumen se llama, certeramente, Romances y coplas de España. Versos y canciones del autor literario musical.

Los que quieran conocer un episodio fundamental de la historia de la música popular en este país tienen en este trabajo una especie de vademecum imprescindible para conocer a uno de los creadores que más la alimentó durante más de cinco décadas.

Vive en Cádiz, pasea por Cádiz, pero muchos no le reconocen. Si en vez de verle, oyeran lo que compuso, todos recordarían de forma inmediata: «Prefieron que conozcan a mis hijos, antes que a mí», sentencia.