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Los creadores de 'Imperium' lanzan el videojuego 'Final Conquest', estrategia clásica en un universo fantástico

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Los creadores de Imperium han cambiado las espadas romanas por las flechas élficas al estilo de Age of Mithology y Warcraft III. Final Conquest es recomendable para aquellos que nunca hayan probado un juego de estrategia en tiempo real, pero es posible que a los seguidores de sagas como Warcraft les resulte un clon, aunque digno.

En el universo de Equiada conviven tres razas principales: humanos, silvanos y sombríos, que lucharán por dominar este mundo mágico. Cada raza cuenta con cuatro campeones con poderes especiales que ayudan en las luchas. Pero el juego se completa con cinco colonias independientes -elfos, trolls, dragones, bárbaros y sombras- que se pueden utilizar una vez conquistadas.

Las formas de juego son las clásicas en este género, el modo campaña consiste en 30 fases, 10 con cada raza. En ellas se relata las aventuras de los personajes principales y los enfrentamientos entre ellos por conseguir el poder. La historia está contada de forma muy amena, ya que es representada a través de ilustraciones y, en ocasiones, un divertido doblaje de los personajes. La partida personalizada permite al jugador elegir todos los aspectos que componen una batalla. Además existen tres niveles de dificultad a elegir en las dos formas de juego. Por último también se puede luchar on line con la opción multijugador.

Aspectos descuidados

El juego no aporta demasiadas novedades y su sistema de juego es prácticamente el mismo que el del Warcraft III. Por el contrario, en algunos aspectos se queda bastante simplón, como, por ejemplo, en las mejoras de edificios y de personajes. Tampoco está muy conseguida la recogida de recursos, que se limita a oro y gemas. Una de las pocas innovaciones son los puntos de gloria, que se suman conquistando territorios y permiten darle poderes al campeón de la raza.

Los gráficos recuerdan a los de Imperivm, aunque la ambientación sea la de un mundo fantástico. En general están cuidados, tanto los personajes como los escenarios, aunque se echa en falta algunos detalles como la posibilidad de acercar la imagen a través de un zoom como en el Warcraft III.

Aunque no es un juego que vaya a pasar a la historia por sus innovaciones sí contiene elementos que lo hacen bastante ameno. Final Conquest es recomendable para aquellos que no conozcan los videojuegos de estrategia por su facilidad a la hora de jugar, que resulta muy intuitiva. Los adictos del Warcraft que estén cansados de los mapas del popular juego, podrán cambiar de aires por un precio bastante asequible comparado con lo que hay en el mercado.