NATACIÓN

David Meca: «Lloré sobre todo de rabia porque los brazos no me respondían»

El nadador catalán desvela por primera vez los malos momentos de su travesía «No hay medalla que se pueda comparar con lo que hemos vivido», sentencia

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Un día después de culminar con éxito la hazaña de unir a nado la Península y Baleares, David Meca desveló ayer que por primera vez en su carrera lloró, como consecuencia del agotamiento físico, mientras cubría los últimos kilómetros de su recorrido entre Jávea (Alicante) y San Antonio (Ibiza). «Fueron cuatro horas trágicas. Jamás había llorado en una travesía, pero durante el trayecto entre la isla de Ses Bledes y la bahía de San Antonio lo hice, sobre todo de rabia, porque los brazos ya no me respondían y pensé que no conseguiría el reto al completo», aseguró el nadador de fondo catalán tras realizar su gesta en 22 horas y media, aunque decidió continuar hasta San Antonio y permaneció por tanto 26 horas ininterrumpidas en el agua.

Durante el último tramo de su durísima travesía, Meca, que llegó a tierra afectado por hipotermia (32 grados de temperatura) y síntomas de congelación en su hombro izquierdo, sufrió numerosas picaduras de medusas y reconoció que pasó entonces «por un mal momento». «No podía meter la cabeza en el agua porque incluso a través de los guantes notaba las pequeñas descargas eléctricas de las medusas», recordaba ayer en el Club Náutico de San Antonio, tras abandonar el hospital y demostrar estar ya muy recuperado físicamente del enorme esfuerzo.

«Mi regalo de Reyes»

Meca destacó que «en invierno hay la misma cantidad de medusas que en verano» y por ello se encontró con numerosas especies durante los 110 kilómetros entre Jávea y San Antonio.

Así, tuvo que sufrir a las medusas hasta su llegada al puerto de San Antonio, donde se encontró, desfallecido, en un estado físico precario, con un «recibimiento impresionante». «No esperaba tantísima gente esperando en el puerto ni tantos barcos acompañándome en los últimos metros, haciendo sonar todos a la vez las sirenas», aseguró.

Tras entrar de nuevo en la historia con una proeza sin precedentes, David Meca afirmó que no cambiaría el gran reto de su vida, con el que había soñado desde que era un niño, «por ninguna medalla de campeón del mundo». «Este es mi mejor regalo de Reyes. Si hoy me muero, o cuando sea, esto me lo llevaré a la tumba de recuerdo. No hay medalla que se pueda comparar con lo que hemos podido vivir», sentenció el nadador de Sabadell que ha tardado muy poco tiempo en recuperarse y ya disfruta del éxito conseguido.