Editorial

Por buena vía

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Con 3.329 personas que se han dejado la vida en las carreteras el año pasado y casi 3.000 heridos hay poco margen para las congratulaciones; pero es legítimo constatar con cierto optimismo que 2005 ha sido el segundo año consecutivo con una tendencia esperanzadora en cuanto a la disminución de la siniestralidad del tráfico. Con todas las interpretaciones que se quieran hacer de los datos estadísticos, es incontestable que la disminución del número de víctimas marcha paralela a la severidad en las normas de seguridad vial y a la concienciación de los conductores. Si el número de fallecidos el año pasado resulta todavía alarmante, sólo hay que remontarse a finales de la década de los 80 y primeros de los 90 para encontrar un periodo durante el que se rozó, e incluso se sobrepasó, la cifra de 6.000 muertos anuales. Si en el ejercicio comparativo incluimos el parque automovilístico, con 15 millones de vehículos en aquella época negra frente a casi 28 millones en 2005, es más apreciable el buen resultado del empeño colectivo por un tráfico mejor. Todo esto abunda en la necesidad de insistir y avanzar en las diferentes medidas que se vienen aplicando en los últimos años en materia de seguridad vial, que han de ser educativas, previsoras, de mejora en la red vial y, en último término, represivas. Algo de lo que deben ser conscientes las autoridades de tráfico y también el legislador; porque si bien el balance del año pasado se mantiene en la línea de reducción de la siniestralidad, lo cierto es que fue 2004 el año que varió la tendencia con más contundencia, bajando en 518 el número de muertos respecto al periodo anterior.

Son varios los frentes que atajar para situarnos a los niveles de nuestros socios de la UE, tanto en siniestralidad como en el trazado y mantenimiento de las carreteras. Así, aunque este año se pondrá en marcha el carné por puntos queda mucho por hacer en la mejor ordenación y control de la circulación en las vías de circunvalación de las grandes ciudades o en implantar la presencia de la educación en seguridad vial dentro del currículo escolar.