Paco Robles - BITÁCORA ANDALUZA

El aceite de la balsa

Andalucía es la región más conservadora de la España autonómica

Paco Robles
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La balsa de piedra. Así se titula la novela de Saramago donde se narra la ficción de un separamiento físico de la península Ibérica, que se desgajaría del resto de Europa y se quedaría flotando sobe la incertidumbre atlántica del océano. Es una pena que nadie haya retomado esa idea para escribir la secuela andaluza. Nuestra tierra es una balsa de aceite que navega por el serenísimo mar de la autocomplacencia. Los andaluces somos los españoles más conservadores. Sólo hay que observar los cambios políticos que se han producido en nuestra autonomía desde que llegó el PSOE al poder. Ninguno. Algunos gobiernos de coalición donde el puño y la rosa tapaban al tapado de turno. Y nada más. Para que esta balsa no se hunda, el poder andaluz ha creado una serie de mecanismos, una arquitectura de engranajes bien ajustados.

He aquí la clave de la supervivencia del poder socialista en Andalucía. Ese aceite que todo lo engrasa fluye a través de los presupuestos diseñados para tal fin. La conflictividad laboral se silencia con los ERE, y a los parados se les suministra el pan con aceite de los cursos falsos de formación para que no chirríe el sistema. El dinero público no se emplea en inversiones productivas, sino en el mantenimiento de esta balsa de aceite donde no pasa nada. Y si algo ocurre, se espera un tiempo prudencial para que los delios prescriban. La balsa de aceite flota sobre el aceite de la balsa. Y aquí paz y después gloria bendita.

Secreto millonario

Es inaudito, pero es verdad. Por mucho que parezca imposible, la Junta de Andalucía no lo ha dicho todavía. En esta época en que los datos se conocen a la velocidad que marca el cloc de un ordenador, los andaluces no sabemos el montante de lo trincante, esto es, la cantidad del dinero defraudado en los cursos de formación. Se les llena la boca de la palabra transparencia, pero a la hora de la verdad esconden las cifras para manejar las letras. Nada de números y mucho discurso. Este fraude ha irrigado demasiados sectores de la sociedad andaluza. Los defraudadores acuden a todas las puertas y ventanas habidas y por haber para que alguien mire hacia otro lado y el asunto se quede sin resolver. Y aunque no lo creamos, llegan a presionar a la oposición para que lo suyo no les salpique. Fraude cuantitativo y cualitativo. Y nosotros, con esa cara de tonto que se te queda cuando te engañan y ni siquiera sabes cuánto te han quitado.

Fondos congelados

Europa congela los fondos andaluces tras el fraude de la formación. Normal. Lógico. Elemental, querido Watson. Aquí nos creemos que robar sale gratis, y que el defraudador —por acto o por omisión— sale indemne tras el paso por las urnas. Aquí se sigue financiando a los sindicatos que se quedan con el dinero público para sus actividades privadas. Aquí no se cortan los grifos de la prebenda ni de la subvención, aunque se coja al beneficiado con las manos en la masa. Estos europeos que se dan cita en Bruselas son muy raros. Pretenden que los trincones dejen de recibir ayudas. Lo dicho. Muy raritos. Por eso la pregunta cae como la manzana de Newton. Por su propio peso. ¿Por qué nos congelan los fondos, si somos los más frescos del continente?

Más personal

Cuando llegó la crisis, muchas empresas redujeron las plantillas. Sin embargo, hubo una que la engordó. Una empresa netamente andaluza. La mayor. La que nunca deja de pagar las nóminas. La que nunca ha generado pérdidas en su cuenta de beneficios. Esa empresa es la Junta de Andalucía. Desde que empezó a dar leña esta crisis en la que nos hemos instalado, la Junta ha cebado sus entes paralelos y ha reducido el número de funcionarios. Unos engordan y otros adelgazan. A fin de cuentas se trata de poner a los andaluces a dieta. O mejor dicho: a régimen...

Silencio y bronca

Las comparecencias de Chaves y Griñán ante el juez se podrían definir con ese lenguaje riquísimo de las crónicas taurinas. Silencio y bronca. Silencio ante la autoridad judicial. Tienen todo el derecho del mundo, pero que no vengan a marcarse el tanto de la colaboración con la Justicia. Estos dos ex presidentes de la Junta se defienden como cualquier ciudadano. Y punto. En cuanto a la bronca, sólo había que escuchar a la gente. ¿O es que esa gente no era la gente?

Bloqueo repetido

La semana termina como empezó. La Junta bloquea seis investigaciones sobre los fondos de formación. El objetivo está claro. Si no puedes ganar un juicio, intenta que prescriban los delitos. Y eso es lo que están consiguiendo. Tras años de trabajosa investigación, los delitos empiezan a caer del frondoso árbol de la Justicia como las hojas en el otoño. La duda nos asalta. ¿Es para echarse a llorar o para echarse a dormir?

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