La jauría

¿Van a hablar de jauría los que la lanzaron contra Cristina Cifuentes por el máster o contra Rajoy por la Gürtel?

Huerta, durante su discurso de dimisión REUTERS/Juan Medina
Antonio Burgos

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Si llamándose Màxim no duró ni siete días como ministro de Cultura, ¿cuánto hubiera permanecido Huerta si lo hubieran sacado de pila como Mìnim, cual las Mínimas de Triana? El que ni siquiera llegó a estrenar su escaño en el banco azul de las Cortes dio para dimitir un discurso que no fue precisamente una pieza oratoria de antología, y eso que lo llevaba escrito. Para excusarse lo culpó todo a «la jauría». ¡Anda que no repitió veces lo de la jauría! Palabra preciosa por cierto, antigua e ilustre, que en el DRAE tiene dos acepciones: «Conjunto de perros mandados por el mismo perrero que levantan la caza en una montería» y «Conjunto de quienes persiguen con saña a una persona o a un grupo». No sé en cuál de las dos acepciones el dimisionario Huerta aplicó la hermosura de voz. Me sonó más como la primera que como la segunda. Como si media España y parte de la otra media, al enterarse de la defraudación fiscal de los que van de puros, azuzó a los partidos y a la opinión pública como el mayoral de una rehala:

-¡Chucho con él!

La jauría de Huerta, que no es precisamente la alegría de la huerta, me recordó otra palabra antigua preciosa que pronunció Alfonso Guerra cuando se disponía, como consiguió, a que a España no la conociera ni la madre que la parió. Dijo Guerra que se habían lanzado todos contra su PSOE de su alma y de su calle Capitán Vigueras «en tropel», y que eso era una tropelía. Lo del tropel de Guerra me recordó a Portaceli, cuando cantábamos (¿verdad, cura Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp?) el «fundador sois, Ignacio, y general» del himno de la Compañía de Jesús y llegábamos a aquel pasaje: «Lance, lance a la lid, fiero Luzbel, a sus monstruos en tropel». De modo que, al fin y al cabo, es lo mismo: el tropel de Guerra y la jauría de Huerta. De huerta, no de granja. Producto de la tierra. Lo da España: que la gente se lance en tropel como una jauría contra quien se significa, pese al consejo de nuestras madres:

-Tú, hijo mío, no te signifiques.

Todos sufrimos las distintas jaurías. Atrévase usted a decir, como La Esmeralda, en vez de LGTB, lo que acaba en «ón», con acento en la o y resuena como una bóveda. La jauría de lo políticamente correcto se le echará encima. Atrévase a decir que en la guerra los frentepopulistas también asesinaron a muchos inocentes y que eso es Memoria Histórica, verbigracia Paracuellos o el bombardeo de Cabra, verá cómo le rodea la jauría. Estamos todos cercados por la jauría de lo políticamente correcto, cuyos rehaleros están deseando encontrar la menor disidencia contra la Inquisición Progre para lanzarla contra el que anda fuera de los barrotes del pensamiento único.

Y anda que no repitió veces Huerta lo de jauría... Siendo hasta entonces ministro de Cultura, qué discurso más pobre. Y más incoherente. ¿Ustedes van a hablar de jauría, los que la lanzaron contra Cristina Cifuentes por el máster o contra Rajoy por la sentencia de la Gürtel? ¿Ustedes van a hablar de jauría, los que la azuzasteis en el Congreso de los Diputados para sacar adelante la moción de censura, «desalojar» al PP y que Sánchez, el gran perdedor de las últimas elecciones, fuera presidente del Gobierno? Jauría, jauría, lo que se dice jauría, la formada en el Congreso por los partidos proetarras, separatistas catalanes y radicales anticapitalistas para dar 180 votos al que sólo tiene 85 escaños.

Menos mal que la mancha de la mora con otra verde se quita, y han puesto de ministro de Cultura a don José Guirao (alias Pepe Guirao, a quien felicito), que fue director general de Bienes Culturales de la Junta con Torres Vela como consejero de Cultura y al que no hay que explicarle dónde está el Museo de Bellas Artes ni dónde esas joyas que son los conventos de Sevilla en trance de hundimiento, a los que estoy seguro que se dejará de demagogias de jaurías y les echará una mano presupuestaria para su conservación, ¿verdad, señor ministro?

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