Opinión

Valls dice

Por ahí viene Manuel Valls. Bonito traje, a veces. Dicen que se metió en Ciudadanos como el que se apunta a un gimnasio

Por ahí viene Manuel Valls. Bonito traje, a veces. Dicen que se metió en Ciudadanos como el que se apunta a un gimnasio. Siempre me pareció un objeto extemporáneo y de fuera de esta galaxia. Le gustan los toros, eso es verdad y lo hace familiar a mí, además de nuestra francoespañolidad. Albert Rivera a veces ficha a lo Panenka. Hoy en el papel de los periódicos, Valls vuela sobre las posibilidades de pactos de Ciudadanos desde la altura de órbita un satélite indio. Es de esos tipos que siempre añaden nuevas posibilidades y una perspectiva distinta de lo correcto. Esto nos pasa mucho a los del norte cuando vamos al Sur de vacaciones. En un primer momento, todos los habitantes de las tierras meridionales nos parecen muy graciosos. Después discutimos con un camarero y nos hacemos cargo de las vidas de otros y al final siempre terminamos por decirle a la gente lo que tiene que hacer y por quedar como un gilipollas.

Te viene Valls y te dice que hay que darle la alcaldía de Barcelona a Ada Colau y que, para evitar el independentismo, él propone el ‘cuasindependentismo’. También advierte a quien quiera escucharle que cuidado a ver quiénes van a ser los socios de Ciudadanos y uno lo escucha y, oye, chico, es que te lo está diciendo Manuel Valls, tú. ¿Acaso sabes todo lo que ha sido Manuel Valls? Manuel Valls ha estado en tantos puestos y en tantos partidos y en tantas candidaturas que -yo qué sé- es difícil que se acuerde ni él mismo. ¡Manuel Valls es el pirata cojo de Joaquín Sabina! Solo le falta haber debutado en público en la portátil de Barbate, cosa que igual ha sucedido y no lo sabemos todavía, pues le veo tipo de torero banderillero. A la gente de natural diletante y difusa como él y como yo siempre nos pasa lo mismo, que al final tenemos que recortar el curriculum pues a fuerza de hacer mucho, damos la sensación, quizás verdadera, de no haber hecho nada.

Valls, no sé. Te mira así y dudas de si te va a dar un abrazo o mandarte a dos gendarmes motorizados. Dicen de él que es muy simpático; otros que es más frío que Soria. De él siempre me fijo en cuestiones accesorias, cosa que me suele suceder. Por ejemplo, me parece que Valls siempre va maquillado en un naranja puesta de Sol en la Caleta de Cádiz a la manera de Christine Lagarde y que se mueve con gesto parisino, como si de pronto se fuera a echar a bailar ‘Sous le soleil éxactement’ de Serge Gaingsbourg, pero la versión en euskera que le hizo Rafa Berrio que tanto me gusta. Valls dice, Valls recomienda, Valls advierte continuamente, hoy de que hay que aislar a Vox de cualquier pacto y así encapsularlo fuera de las instituciones y del juego político en general. Eso mismo hicieron en Francia con las alimañas del lepenismo. El Frente Nacional acaba de ganar las elecciones y París arde en llamas amarillas. Tener una solución no implica que sea la correcta.

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