El Apunte

Un pueblo contra una crisis

La empresa ‘Sabores de Paterna’ se recupera y es un ejemplo de cómo la comunidad puede ayudar a las empresas locales

Los periodistas, como cualquier otra profesión, solemos saber qué va a pasar cuando damos una noticia. Las respuestas tras una situación determinada suelen generar unas acciones más o menos previsibles que facilitan que podamos reaccionar a tiempo. Repetimos que no es por ningún sortilegio, es por un oficio que llevamos practicando desde hace años. Y el instinto, que no es más que volver inconsciente lo rutinario, nos dicta que cuando salta una alarma alimentaria, todos los ojos se vuelven contra la empresa o el establecimiento que lo ha provocado. Todo son críticas a cómo se manipulaban los alimentos y se le coloca un sambenito del que es difícil desprenderse.

Ese guion se cumplió a rajatabla con Magrudis. Sin embargo, con ‘Sabores de Paterna’ ocurrió todo lo contrario. Al poco de que la Junta informase de que había inmovilizado una partida de carne, comenzaron a llegar a la redacción de LA VOZ réplicas de los mensajes que clamaban en las redes sociales por el buen hacer de la empresa y por la implicación que tenía en la vida del pueblo. Del mismo modo, decenas de testimonios en primera persona afirmaban que habían consumido sus productos recientemente sin sufrir ningún percance. Días después, el apoyo popular fue a más y Paterna vio cómo decenas de vecinos se concentraban en la localidad en favor de una empresa familiar que había llevado el nombre de la localidad jandeña por todos los rincones de España.

Lo cierto es que ‘Sabores de Paterna’ se encontró en una situación difícil cuando se detuvo la producción por los altos niveles de listerioris que se encontró en una partida de comida. Cierto es que el control vino motivado por una Junta altamente sensibilizada por el desastre de Magrudis, pero las deficiencias aparecieron y las ventas se paralizaron.

El propietario de la firma ha reconocido que se han vivido momentos duros y que incluso ha tenido que prescindir de un par de trabajadores, pero el esfuerzo por salir adelante y, sobre todo, la trayectoria que respaldaba a ‘Sabores de Paterna’ han contribuido a que, ayer, el municipio fuera una fiesta con dos reyes: la carne mechada y el chicharrón. Esta historia debe servir de ejemplo de cómo el apoyo a las empresas locales en momentos de dificultades (tanto por parte de los ciudadanos como de las administraciones) puede ayudar para sortear los efectos de una crisis inesperada.

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