Más viviendas okupadas

Cuando la necesidad aprieta y el tiempo apremia no valen las excusas ni la burocracia. Ocho familias han okupado un edificio vacío en Puerto Real ante la imposibilidad de su ayuntamiento de ofrecer una alternativa digna al drama social que padecen desde hace años. El consistorio de la localidad está en manos de Podemos, que ha reconocido las dificultades para solucionar este entuerto. Las okupas son mujeres de entre 23 y 49 años, con hijos menores a su cargo, que arrastran una complicada situación sociolaboral. Llama la atención que el consistorio puertorrealeño no haya forzado la máquina de la Administración para ofrecer un alquiler social a estas mujeres o, en su defecto, una pensión donde vivir temporalmente hasta su reubicación.

Al final son las propias familias las que toman la iniciativa ante la ineficacia de los políticos. La experiencia y los hechos demuestran que no hay varitas mágicas para solucionar el drama de la vivienda que asola a miles de personas en la provincia. Sin embargo, Podemos ha utilizado este problema como bandera de su política. Una cosa es la voluntad que se expresa en los mítines y en las asambleas y otra muy distinta la realidad a la hora de gobernar. Esto mismo ha ocurrido en Cádiz, donde un grupo de familias okupó hace más de un año un edificio vacío en la avenida de Portugal y aún siguen allí pese a las promesas del alcalde de la capital, José María González, también de Podemos. Las okupas de Puerto Real han mostrado su decepción e indignación con su ayuntamiento. Los Servcios Sociales cuentan con una lista de demandantes de viviendas sociales que es sagrada. La urgencia de unos por una vivienda social no puede ser excusa para interponerse a la urgencia de otros y saltarse el orden. Resulta lamentable que Podemos haya comprendido esta máxima ahora que está gobernando, sin embargo, su discurso iba antes por otros derroteros. La decepción es evidente cuando no se cumplen las promesas.