OPINIÓN

Excusas irresponsables

Las alarmantes esperas en Urgencias simbolizan un constante deterioro en la atención sanitaria pública en Cádiz

La Voz de Cádiz

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El Gobierno que preside Susana Díaz –hasta que convoque unas elecciones que parecen inminentes– intenta una y otra vez crear la ficción de que los recortes en los recursos económicos que alimentan los servicios públicos son algo que llega de Madrid. En su labor de zapa del extinto Ejecutivo de Mariano Rajoy, se trataba de achacar al culpable externo todos los males propios para disimular los errores de gestión, de colgar en las espaldas ajenas las discutibles prioridades a la hora de manejar unas cuentas públicas mermadas. Pero la sanidad es territorio de la Junta de Andalucía, y por tanto del PSOE que la gobierna hace más de 35 años, de forma indiscutible, sin interrupción. Las transferencias se realizaron hace tanto tiempo, incluso en otro siglo, que cualquier intento de compartir responsabilidades parece ridículo a ojos de un ciudadano templado y crítico, al que los criterios partidistas no cieguen.

Los que han tenido la necesidad de recurrir a la sanidad pública en Cádiz durante los últimos meses, incluso años, no necesitan que nadie les diga cual es la realidad. Han percibido, han notado y han sufrido los recortes constantes en manos, en horarios y honorarios, en espacios, instalaciones y tecnología que el Servicio Andaluz de Salud ha aplicado de forma implacable desde 2010, especialmente. Eso sí, se promete televisión gratuita en las habitaciones. No se sabe si ver los programas de Canal Sur formará parte de los tratamientos recomendados para los pacientes ingresados.

Mientras la propaganda habla de mejoras, los usuarios y los sindicatos hablan de esperas de hasta 30 horas en urgencias, de hasta cinco personas en un mismo box de espera, del mayor cierre de camas que se ha conocido en mucho tiempo cuando el verano está a punto de acabar (oficialmente termina el domingo).

El problema es que cada recorte y cada carencia se suma a uno anterior para crear uno mayor. Las pocas camas que se inutilizan se suman a las muchas ya inutilizadas. La situación, aseguran unos profesionales poco sospechosos de tener ninguna intencionalidad partidista es un colapso del servicio de urgencias cada vez más frecuente y un deterioro notable de la atención que reciban los ciudadanos. Esta situación es competencia exclusiva del SAS, de la Junta. Cualquier ejercicio de compartir la responsabilidad es, simplemente, irresponsabilidad.

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