Criaturas

En su relación con Dios, cualquier ser vivo, del reino animal o vegetal, por Él creado es una criatura. Las grandes expediciones científicas del siglo XVIII tenían como objetivo fundamental descubrir nuevas formas de vida, adentrarse en el conocimiento de la creación logrando identificar nuevos animales y plantas, nuevas criaturas.

El viaje de Celestino Mutis al Nuevo Reino de Granada sirvió para catalogar cientos de especies nuevas, criaturas desconocidas de la botánica. Cuando Charles Darwin embarcó en el puerto de Plymouth, a bordo del bergantín de la Marina Real Británica ‘HMS Beagle’, sólo llevaba como consigna traer en sus bodegas nuevas criaturas que mostrar a su Majestad Jorge IV.

Ese término, el de criatura, es el que se ha propuesto desde la Consellería de Sanidad de la Comunidad Valenciana para referirse a los niños y niñas.

Con el fin de evitar el uso sexista del lenguaje en el ámbito sanitario se aconseja sustituir la palabra niño por «infancia, menores o criaturas».

Este maravilloso avance en reconocer derechos a las criaturas viene a paliar, con creces, las grandes deficiencias que tiene nuestro país, en comparación con su entorno europeo, en cuanto a reconocimientos de derechos a las criaturas. España tiene unas de las tasas más altas de pobreza de las criaturas de la UE, y es el tercer país, por detrás de Rumanía y Grecia tanto en pobreza relativa como en anclada, que alcanza casi al 40% de las criaturas, con un aumento de nueve puntos porcentuales entre 2008 y 2014. Según Unicef, citando datos de la Contabilidad Nacional, en España se redujo la inversión en protección social a las familias y a las criaturas en 11.500 millones de euros entre 2009 y 2015. Al llegar la época estival se recrudece la situación al perderse el paraguas de cobertura que suponen los centros escolares públicos, con sus aulas matinales y comedores escolares. Algunas asociaciones denuncian la creciente demanda de plazas de comedores sociales para cubrir las necesidades alimentarias básicas de las criaturas. En Andalucía, si cabe, la situación es peor. Por decenas de miles se cuentan a las criaturas que viven por debajo de lo que se considera dintel de la pobreza. El informe anual del Defensor del Menor de Andalucía de 2016 reconoce que las diversas estadísticas sobre pobreza infantil no dejan de incidir en el preocupante número de criaturas que se ven abocados a privaciones materiales de primera necesidad. Miles de criaturas han visto cómo se han vulnerado sus derechos fundamentales ante la mirada insolidaria de la Unión Europea. En 2016, según Eurostat, presentaron demanda de asilo 63.290 criaturas, cifra cinco veces superior a la media anual, de unos 12.000, registrada en el periodo 2008-2013. Todas las criaturas no acompañadas que solicitaron protección en España procedían de Siria y ninguna tenía menos de 14 años. Los expedientes resueltos insignificantes, volvemos a hacer el ridículo en solidaridad como país, no como ciudadanos que estamos dispuestos a acoger a las criaturas que hagan falta.

«Con las criaturas, menos semántica estilística y más respetar sus derechos básicos».