El Apunte - Opinión

El concejal que se aferra al sillón

Reprobado por mayoría, Bauza rechaza dimitir y mancha las promesas de pulcritud democrática de su partido

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Hay una norma que últimamente usan muchos analistas políticos, incluso un creciente número de ciudadanos, para tratar de aclarar cualquier polémica entre partidos. La técnica consiste en sustituir los nombres del que protagoniza el escándalo y del presunto escandalizado. Aplicado este truco al último caso de la política municipal gaditana, supondría preguntarse: ¿qué dirían los concejales de Podemos y Ganemos si un edil del PP o el PSOE fuera investigado por la Fiscalía por presuntas irregularidades en la gestión de la contrata de limpieza pública? ¿qué dirían esos miembros del gobierno local si estuvieran en la oposición y el delegado fuera reprobado por la mayoría del Pleno?

La respuesta es bien sencilla, pondrían el grito en el cielo, clamarían contra la grosería antidemocrática que supone agarrarse a un sillón cuando la mayoría de los representantes de los vecinos le han pedido formalmente que se vaya.

Si la situación se diera a la inversa, los comentarios sobre el hedor de la corrupción en la política local alcanzarían nivel de clamor, de griterío ensordecedor y juicio con una condena previamente cerrada.

Sin embargo, en la sesión plenaria extraordinaria sobre Limpieza convocada ayer a petición del PSOE y Ciudadanos en el Ayuntamiento de Cádiz para la creación de una comisión de investigación, para esclarecer las supuestas irregularidades en el contrato de limpieza, se dio esa situación. El delegado, el edil de Podemos Manuel González Bauza, no dio explicaciones ante las graves acusaciones de irregularidades y enchufismo. Acusó, como siempre, como en cada caso, al complot fascista-mediático que su partido utiliza para cobijarse de cada error y se negó a irse.

Los que llegaban con la bandera de la pulcritud democrática del desapego a los cargos resulta que dan este ejemplo cuando apenas han alcanzado la mitad de su primer mandato, es decir, a las primeras de cambio. Un cambio, que no se ha producido puesto que su reacción es como la de los partidos de siempre: negar la mayor, rechazar la petición, pedir la cabeza de los mensajeros y apuntarse a la socorrida teoría de la conspiración. Para este viaje no hacían falta alforjas ni 15M.

Ver los comentarios