La otra lucha en tiempos de pandemia

El compromiso y la profesionalidad en la batalla contra la droga se mantienen pese a las circunstancias adversas

Cabría pensar que la situación insólita que vivimos, una alarma sanitaria internacional que ninguna generación había conocido en su tiempo de vida, orilla cualquier otra preocupación. Pero la sensatez nos permite recordar que todas siguen vigentes. Una de ellas, en nuestra ubicación geográfica, es la ... lucha contra el narcotráfico. El compromiso y la profesionalidad del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil se impone incluso a las difíciles circunstancias que todos vivimos desde hace poco más de un año. La prueba es el acoso continuo que sufren los clanes de la droga que tratan de campar a sus anchas por un territorio fronterizo como el nuestro, de Sanlúcar y la Bahía de Cádiz a Jerez, La Línea, Algeciras, Los Barrios y Gibraltar . Su tarea incansable, con los riesgos nuevos añadidos a los de siempre, logran evitar que la provincia gaditana se convierta en un territorio comanche de las redes delictivas. Las mafias del narcotráfico son persistentes a la hora de colar su mercancía por Cádiz o de venderla dentro de sus límites.

El enésimo testimonio es la actuación de la Policía Nacional que sacaba ayer de las calles 18 kilos de cocaína pura que se habrían multiplicado por mucho en el mercado negro. De esta forma se desarticula el clan de ‘ La rubia de los ajos ’, considerado uno de los grupos que más cantidad de esta droga maneja en toda la provincia, incluso en Andalucía. En la misma jornada, se abortaba una transacción de 50 kilos de hachís a plena luz del día en mitad de un centro comercial en La Línea. Son dos ejemplos, los últimos entre cientos y los primeros de los muchos que vendrán. A pesar de que el Gobierno regatea la dotación material y personal necesaria a la Policía Nacional y la Guardia Civil, su inagotable trabajo se sigue viendo pese a las circunstancias y contra los elementos, en la detección de grandes alijos y el arresto de los jefes de las mafias que operan en los municipios de todas las comarcas. Resulta de justicia reconocer el buen trabajo realizado por tantos trabajadores públicos anónimos, del primer juez al último funcionario policial que se haya incorporador, sin más recompensa que la satisfacción del trabajo hecho por la comunidad y la ética que acompaña a cada misión necesaria para la ciudadanía. En estos tiempos, como en los que vendrán, también están ahí para todos.

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