Otra vez la Bahía, castigada

La previsión de Airbus de cerrar su planta de Puerto Real suena a una canción repetida decenas de veces en la provincia

Hay malas noticias que, no por repetidas, dejan de entristecer, desesperar, frustrar. Airbus comunicó en la tarde de este miércoles que se cuestiona la continuidad de la planta de Puerta Real. Lo que en román paladino significa que contempla el cierre de la factoría, ... que llevaba dando trabajo a 400 trabajadores desde su inauguración en 1988. Una dura noticia para una Bahía que ha leído en demasiadas ocasiones en los periódicos que las factorías de la provincia no eran rentables. Como si alguna especie de maldición bíblica, como si el conjuro de algún diablo oculto en alguno de los rincones gaditanos, hiciera que las plantas de Cádiz, llámense Airbus, llámense Delphi, llámense Altadis no rindieran tanto como podrían hacerlo en cualquier otro lugar por mor de su localización. Los gaditanos que llevamos tantos cierres a nuestras espaldas no podemos sino fruncir el ceño cuando escuchamos otra vez el mismo argumento.

La crisis económica por la que atraviesan todas las grandes industrias en general, y la aeronáutica en particular es innegable. Pero no es menos cierto que Airbus acordó hace dos semanas la llegada de unas ayudas que fueron pactadas en julio de 2020. Sería injusto que se regara con millones de dinero público a una compañía que está participada también por el estado español y que lo que recibieran los trabajadores de la factoría puertorrealeña fuera la carta de despido y, quizá, una muestra de lamento que no les servirá para alimentar a sus familias.

El anuncio supone el primer movimiento de la empresa de cara al anuncio del plan de reestructuración que presentará Airbus en el mes de abril. Los agentes sociales de la provincia de Cádiz ya han dejado claro que no piensan ponérselo fácil a la compañía aeronáutica en lo que a la destrucción de empleo se refiere. La alcaldesa de Puerto Real, Elena Amaya, ha remachado que no consentirán ese tipo de medidas. Unas palabras ciertamente edificantes, pero que no servirán de nada si no se ven reforzadas con los esfuerzos de los representantes de la Junta de Andalucía y, sobre todo, del Gobierno de España para conminar a la empresa a mantener estos empleos. La Bahía no puede permitirse el cierre de otra gran empresa. No se lo merece, por mucho que digan o que crean desde fuera que no somos suficientemente rentables.

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