OPINIÓN

Alerta roja

Hay que echar una mano al carnaval de Cádiz y a sus trabajadores

Con este nombre se conoce a ese movimiento tan loable de unificación sectorial de la industria del espectáculo y de eventos , desde el cual reclaman medidas que palíen la dramática situación del sector a causa de la pandemia, sobre todo a la gente que está detrás del escenario y se ocupan de la parte técnica.

En alerta roja-carnavalesca nos encontraremos en breve todos aquellos que hacemos carnaval de alguna manera. Desde el artesano hasta el periodista que comenta el concurso . Todos vamos a notar su falta porque es una parte importante en el motor económico, social y cultural de nuestra ciudad.

Los carnavaleros deberemos de reinventarnos para paliar en algo el desajuste venidero de esas facetas. De nada nos valdrá que participen en dirigir o aconsejarnos en los nuevos planes de futuro esos personajes negativos y sin escrúpulos que vigilan nuestra ciudad con sus prismáticos agriados. Hay que echar una mano al carnaval de Cádiz y a sus trabajadores. Aquí no caben ese tipo gente que solo saben tirar piedras sobre nuestro tejado, esos que critican la baja paternal de Kichi pero incapaces de hacer el más mínimo comentario sobre nuestro presuntamente corrupto Rey emérito. En Cádiz sobran los que celebran a doble página el regreso de la misa en latín o los que elevan a excelencia que un capataz y corista se ordene sacerdote con todos mis respetos. Necesitamos personas de mentes abiertas, dispuestas a poner su tolerancia y conocimiento al servicio de nuestra ciudad .

La ignorancia es muy atrevida y normalmente madre del miedo. Dunning y Kruger decían que las personas menos competentes en un determinado campo sobreestiman sus habilidades y aquellos más competentes las subestiman. Sería algo así como que algunas personas ignorantes piensan que saben mucho y quienes verdaderamente lo saben se consideran ignorantes . De eso tenemos muchos en Cádiz, me refiero a los primeros, a esos que sobreestiman sus habilidades en algo que desconocen. Los encontramos por todas partes. La mayoría están en lugares donde se les nota bastante porque hacen mucho ruido. Periodistas, locutores de radio, autores retirados, directores de agrupaciones, blogueros, concejales… Personas donde sus críticas a la ciudad son hirientes y destructivas, no aportan nada nuevo a lo que no sepamos los gaditanos. Jamás lo verán sacando pecho por Cádiz, ni un simple piropo a la Caleta o a la cantidad de trabajadores que cada mañana hacemos funcionar a nuestra tacita. No proponen ni un remedio o solución, ni se prestan para alguna labor solidaria, son felices en el insulto y buscando carencias. Minimizan cualquier logro de nuestros representantes, porque como son tan demócratas no aceptan que fueran elegidos por el pueblo en mayoría.

Nuestro carnaval necesita un plan de choque para este próximo año , una alerta roja en exclusiva, independiente de ideas políticas, formado por profesionales de reconocido prestigio en Cádiz, que marquen las directrices en ejecutar por un lado la tan necesaria renovación del concurso, como para mitigar la ausencia de su fiesta grande en el próximo febrero. Nuestro gobierno local debería de crear un comité de expertos para inventar otras maneras distintas de celebrar el carnaval de 2021 y su concurso de 2022. Un comité serio para aliviar el daño que va a producir la obligada suspensión a tantas familias que viven del carnaval.

Un grupo de personas positivas sin ideas negacionistas, ni partidistas en agrupaciones, gente conocedora de la materia y razonables en sus planteamientos.

Abstenerse derrotistas de nacimiento e ignorantes atrevidos.

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