Opinión

El fracaso de los nuevos partidos

Tras la novedad y la ilusión para los desencantados, llega la realidad y el ver que no pueden cumplir con lo que prometen

La Voz de Cádiz

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Tras años de idas y venidas de los nuevos partidos políticos, unos que siguen, otros que se desinflaron, y otros que están a punto de desaparecer, ya podríamos decir que estas nuevas apuestas, de uno u otro lado, están fracasando. Todos ellos aprovecharon el descontento generalizado sobre los partidos generalistas para tener su lugar y en buena parte lo lograron en votos, pero, transcurrido este tiempo, ese empuje inicial ya se está viendo que es difícil que se mantengan porque, sencillamente, no han sabido encauzar esa oportunidad y ganarse en la práctica, con buenos proyectos, a esas personas que confiaron en ellos. Y no es cuestión de ideología ya que esos nuevos partidos han surgido en las tres tendencias, de izquierda, de centro y de derecha.

En el caso de Ciudadanos ese descalabro se intuía hace tiempo -hasta por sus propios miembros que se fueron marchando, hasta el propio líder y fundador- pero se materializó en las últimas elecciones andaluzas en las que ni porque uno de sus cabezas de lista más populares, el sanluqueño Juan Marín, era vicepresidente y de la tierra, se evitó la brutal caída. Pero ha ido a más. Ahora ven tan complicado el panorama que ya solo aspiran a presentar candidatos a los próximos comicios municipales en las localidades más pobladas. Y así, a menos de tres meses de las elecciones, este partido tan solo tiene confirmadas cinco candidaturas en Cádiz.

Mientras que en 2019 estuvieron presentes en más de la mitad de municipios de la provincia, en 23, en esta ocasión tan solo tiene confirmada su papeleta en Cádiz, San Fernando, Jerez y El Puerto. Y solo en Benaocaz ostenta la alcaldía y gracias a un pacto.

Así que esta es la prueba de que este tipo de coaliciones 'espontáneas' terminan cayendo por su propio peso. Una vez que se esfuma la novedad y la ilusión de que van a cambiar algo. Pero el problema viene cuando además de no cumplir con lo que han prometido o caer en su propia desmotivación, desvían un voto que puede ser realmente útil cuando lo que se busca es un partido fuerte, afianzado y firme en una ideología clara y que tiene un programa sin humo, práctico, realista y sobre todo que se puede llevar a efecto. Todo lo demás es dividir y ahora justo no está la vida para seguir recortando en números.

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