Los destructores construyen

La OTAN, en su reciente reunión en Madrid, refrendó su idea de reforzar la seguridad y la cooperación entre estados soberanos para brindar estabilidad al panorama internacional. Precisamente en esa reunión, el presidente estadounidense Joe Biden le comunicó a su homólogo Pedro Sánchez el envío de dos destructores más a la Base Naval de Rota para reforzar el escudo antimisiles.

El primero de esos buques llegará el jueves a las aguas de Cádiz proveniente de Canarias. Esta cuestión, más allá de ser entendida con temor por el hecho de albergar en territorio propio las operaciones de una potencia militar mundial, en efectos prácticos supone una oportunidad para la provincia.

En primer lugar porque la construcción, la reparación y el mantenimiento de estos buques es asumida por Navantia, dotando de trabajo a una de las principales industrias de una provincia azotada por el paro.

También porque la llegada de este destructor, que estaba prevista para el próximo año, y de un sexto que arribará dentro de unos meses, traerá consigo a 600 marines. Eso proporcionará a Rota mucho dinero, porque los militares alquilarán sus viviendas en la Costa Noroeste, siendo inquilinos solventes y estables que además acostumbran a integrarse rápidamente en las tradiciones de la zona, haciendo gastos en establecimientos y negocios locales.

Pero también supondrá un impulso a las arcas municipales no solo de Rota, sino de localidades próximas como Chipiona, Sanlúcar o El Puerto, ya que debido al acuerdo bilateral existente entre España y Estados Unidos, los militares americanos están exentos del pago de sus impuestos en suelo español. Así que para compensar ese déficit, el Gobierno español abona esas cantidades a los ayuntamientos en concepto de compensación de los recibos no percibidos. La cuantía de estos pagos ha dejado este año 1,5 millones en la provincia