El Apunte

Una cuesta de doce meses

Las crisis son cíclicas y la actual, inflacionaria y energética, vuelve a coger a Cádiz con los peores números, los peores recursos, de toda España

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La teoría económica, incluso la historia política y social, dice que las crisis son cíclicas e ineludibles. Son olas, oscilaciones que resultan inherentes al capitalismo. Sin embargo, considerarlas inevitables no debe acercarnos al cinismo: aceptarlas como un castigo divino que tiene una duración determinada y afecta a todos por igual. No es cierto. Las zonas, o las capas de la sociedad, que son más vulnerables, las que padecieron más las precedentes o habitan territorios con peores indicadores tienen a más personas que sufren los efectos. Es el caso de la provincia de Cádiz. De forma endémica, sufre los niveles más altos de desempleo, con un 25% de su población activa sin un puesto de trabajo. Uno de cada cuatro. Un nivel que resultaría escandaloso en cualquier otra zona de Europa y en esta provincia se considera habitual. A este número se añade –con una clara relación– que la renta per cápita es de las más bajas de España. La mitad de la población (51,2%) tiene registrados ingresos mensuales por debajo de los 1.100 euros, cifra cercana a la frontera del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). A estas poblaciones, estas provincias, a estos estratos sociales les ahogan antes las olas cíclicas de la economía. También son los últimos en recuperarse cuando florecen, por unos meses, los brotes verdes. Las continuas crisis que lleva afrontando España, especialmente desde 2008, han dejado claro que los primeros en sufrir sus efectos, y más graves, han sido las zonas con más paro, con menor poder adquisitivo o con un índice de industrialización más bajo. Cádiz siempre está en ese furgón de cola. La Navidad, con sus gastos extras asociados, es ocasión especial para percibirlo. Aquí la cuesta de enero dura 12 meses. La crisis energética y la inflación son ahora los causantes como antes fue un agujero sin precedentes en el mercado inmobiliario. Antes y después, una guerra en Oriente Medio que disparaba el precio de los carburantes. Siempre habrá un motivo de inestabilidad e incertidumbre en el panorama, en el horizonte. Otra cosa es en qué circunstancias coge a cada provincia.

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