APUNTE
Las carpas y el equilibrio de descanso y diversión
El Ayuntamiento ha decidido ampliar el número de carpas para este Carnaval y debe afrontar el reto de que las quejas de los vecinos no terminen ahogándolo
Este verano, en ese engendro de Carnaval con sabor a Fiestas Típicas que el Ayuntamiento sacó de su magín, unos vecinos se pusieron en pie de guerra contra la medida impulsada por el Consistorio de ponerles frente a sus casas la acostumbrada carpa de Carnaval. Las protestas de las vecinas y vecinos fueron contestadas por el equipo de Gobierno, y por la legión de discípulos que les apoyan en redes sociales, con acusaciones de insolidaridad, de egoísmo y cierto desprecio por el carnaval. No dejaba de ser curioso que el gobierno que se reivindicaba como defensor de las clases populares se enfrentara a los vecinos de uno de los barrios con las rentas más bajas de la ciudad, Santa María.
El debate se quedó sin objeto cuando, semanas antes de que comenzara el periodo decretado como carnaval, ninguna empresa concurría a hacerse cargo de la carpa. Las condiciones y la posible reacción popular desanimó a las empresas, dejando al Ayuntamiento con un palmo de narices.
Unos meses después, el Consistorio vuelve a la carga. En esta ocasión no es una, sino tres las carpas que se quieren sacar adelante. Según la concejala de Cultura, Lola Cazalilla, la idea es hacerlas más pequeñas y que las concentraciones no sean tan numerosas. Sin embargo, no se han dado más detalles que la ubicación y tamaño de la que ya fue la carpa de la discordia, la ubicada junto a la estación de tren.
Sorprende el hecho de que el Ayuntamiento no haya especificado aún en qué lugares se instalarán las otras dos. Un malpensado podría argumentar que el objetivo es retrasar, y así acallar, las críticas de los vecinos de los lugares cercanos a su ubicación. Nosotros en este apunte no nos atreveríamos a sospechar esa estrategia, pero sí nos parece arriesgado que a las protestas por la colocación de una carpa respondan con la propuesta de multiplicar por tres su número. El reto al que se enfrenta el Consistorio, conjugar el descanso de los vecinos con dar un servicio a quienes pretenden divertirse, es mayúsculo y estos siete años de gestión nos han mostrado cómo responden los equipos de Kichi ante retos crecidos.
