OPINIÓN

España, Europa y cuatro copas

Las dos estrellas más jóvenes de nuestra selección de fútbol, ni tienen ocho apellidos vascos, ni nacieron en el Garrigues ni en el Alto Ampurdán

Antonio Ares

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Después de veinte años escribiendo artículos de opinión siempre me había prometido no hablar de fútbol. Como aficionado al deporte rey, tengo mis preferencias e ídolos, y todo lo que pudiera decir o escribir estaría subyugado por la subjetividad del aficionado ciego por sus colores. ¡ ... Y os prometo seguir haciéndolo! Ahora no se trata de relacionar nacionalidades futboleras, ni de banderas, ni de himnos apócrifos. Tampoco va de aficiones empedernidas por los efectos de panes líquidos, ni de arbitrajes tendenciosos que pueden dejar mucho que desear. No es cuestión de entrenadores más o menos cuestionados, ni de jugadores que pudieron haber sido seleccionados y no lo fueron. Todos llevamos dentro a un entrenador de futbol en potencia. Sólo se trata del color de piel, de la procedencia, de si somos racistas como país, a pies juntillas, o sólo dependerá de unos resultados futbolísticos.

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