¿Se ganan las elecciones en el centro?

Sí, pero no. Eterna pregunta que tiene un redoblado interés ahora que la nueva estrella política española es un partido de centro llamado Ciudadanos. Y con una primera y obvia respuesta positiva fundamentada en el hecho de que la gran mayoría de votantes se sitúa ideológicamente en posiciones alrededor del centro y gana las elecciones quien atraiga más votantes de esas posiciones. Y con una segunda respuesta de la que hablamos menos, la importancia del factor ideológico en el voto. O la identificación izquierda-derecha en la que el centro significa muy poco porque ni identifica ni moviliza. Ambas cuestiones explican la gran capacidad coyuntural de Ciudadanos para atraer voto tanto del PP como del PSOE. Pero también sus limitaciones para sustituir a medio plazo a uno de los dos grandes partidos del sistema político español.

O para ganar las elecciones a medio y largo plazo.

A corto plazo, el centrismo de Ciudadanos es la clave de su capacidad para arrastrar votos del centro-izquierda y del centro-derecha. En el 5.0, respondió Albert Rivera en el Foro ABC a la pregunta de Ángel Expósito sobre la ubicación de Ciudadanos en la escala de ideología. Nuestro colega tuvo que apretarle un poco, Rivera prefería conceptos como reformista, centrista y progresista que el número, pero acabó precisando, en el 5.0. En la capacidad de diálogo con los dos lados del debate ideológico, pero también en la indefinición ideológica o la ausencia de una identidad fuerte.

Ese 5.0 es muy conveniente de cara a las próximas elecciones generales. Porque el grueso de los electores se sitúa en el centro izquierda, 3-4 (30,8%) o en el centro, 5-6 (30,9%), muchos menos en el centro derecha, 7-8 (11,3%), apenas nadie en la extrema derecha, 9-10 (2,9%) y bastantes más en la extrema izquierda, 1-2 (9,6%) (Barómetro del CIS del 1 de julio de 2015). Lo anterior explica la renuencia del PP a utilizar la palabra derecha y su gusto por la palabra centro.

Pero los electores sitúan al PP claramente en la derecha, siempre más a la derecha que lo que se sitúan sus propios votantes. Incluso a su pesar, el PP tiene una nítida identidad ideológica de derechas. Mientras que Ciudadanos tiene, sin embargo, una igualmente evidente ausencia de identidad ideológica. Sus propios votantes se ubican casi exactamente en lo dicho por Rivera en el Foro ABC. En el 5,3, según un sondeo del Instituto DYM de octubre. Esto es útil para no provocar grandes rechazos ni a la derecha ni a la izquierda, tanto hacia el partido como hacia su líder. Y para atraer voto de ambos lados en unas elecciones en las que el factor Cataluña, la unidad nacional, será clave en opinión de varios analistas como Carlos Clavero, director de DYM. De los votantes de izquierdas que no confían en el PSOE para la defensa de la unidad nacional y de los votantes de derechas que no ven suficientemente contundente al PP en ese terreno.

Lo que puede desplazar en diciembre al PSOE al tercer lugar, porque, a diferencia del PP que cuenta con el gran argumento de la gestión, tiene poco que ofrecer. ¿Y después? He ahí el problema para Ciudadanos. Que su ventaja ahora, la indefinición en la identidad izquierda-derecha, es su mayor debilidad para sustituir a uno de los dos grandes partidos de nuestro sistema político. Para ello, tendrá que hacerse de izquierdas, o de derechas.