Llega el momento de dar trigo

El equipo de gobierno de Cádiz, además de ser noticia, debe empezar a darlas. Eso de ser los bisoños, la novedad y la sorpresa se agota pronto. Cuando cumpla los cien días en la Alcaldía no sólo se agotará un periodo de gracia -que por ser justos, no ha tenido-. También comenzará el de la gestión. Y, por suerte o por desgracia, en esta parte del mundo, en este momento de la Historia, esa fase siempre empieza por la economía, por las finanzas y por sacar brilla a la caja de los dineros.

El Ayuntamiento de González Santos ya ha dejado claro que no tendrá presupuestos hasta bien entrado el otoño. Es decir, aprobará las cuentas de 2015 cuando apenas quede un trimestre para terminar el año del cambio.

Todo el ejercicio habrá transcurrido con unas cuentas prorrogadas. Eso puede convertirse en un arma de doble filo. Si bien puede achacarse a una maniobra del anterior equipo de gobierno (que ya la sufrió cuando llegó a la Alcaldía tras el PSOE porque es una práctica frecuente) también cabe pensar que no serían tan malas cuentas si «los números salen hasta final de año» como declaró el nuevo alcalde nada más tomar posesión. Será en otoño cuando toque predicar, hacer cálculos, saber cómo y dónde encontrar créditos. O qué eliminar para poder vivir sin menos préstamos. Llegará el momento de la práctica tras tanta teoría. Habrá pasado el momento de la especulación y habrá llegado el de la actuación. Qué gastamos en qué. Las prioridades y las necesidades, lo urgente y lo importante, lo simbólico y lo útil. Todos esos conceptos, semifilosóficos, empiezan en el reparto del dinero, en su obtención.

Para entonces, para otoño, los proveedores estarán más asfixiados, los que tienen problemas seguirán con ellos y se agotará el tiempo de las excusas. El Ayuntamiento de Podemos siempre podrá decir que recibió «una mala herencia económica». Pero ese ha sido el mayor argumento del PP y el que más se le ha criticado.