No instales la TV en el dormitorio

Cada año se venden unos 220 millones de televisores a nivel mundial, lo que supone la emisión a la atmósfera de 200 millones de toneladas de CO2 equivalente, alerta WWF en su informe «TV-Off (pdf)».

«La producción de las televisiones consume importantes cantidades de materias primas, como metales, e implica también la fabricación de plástico y de cristales y el consumo de energía», detalla la organización. «Además, apenas se recicla el 13% de las más de 50 millones de toneladas de residuos electrónicos que se generan anualmente en el mundo», subrayan.

En lo que a España se refiere, el documento asegura que la televisión continúa siendo una de las opciones más populares para pasar el tiempo libre.

«Prácticamente todos los hogares españoles disponen, al menos, de un receptor de televisión. Y y su uso abarca a casi el 90% de la población de todas las edades. En 2014 el promedio de consumo televisivo era de 239 minutos/persona/día (la tercera mayor cifra histórica)», comenta WWF.

La organización aconseja reducir el tiempo que cada persona pasa frente al televisor y alargar la vida útil de los electrodomésticos lo máximo posible. No obstante, «si de verdad resulta imprescindible adquirir una televisión», WWF propone comprar aquellos modelos cuya clasificación de eficiencia energética sea la más óptima y cuyo tamaño se adapte a las necesidades de cada hogar.

«En los últimos 10 años el tamaño de las pantallas de la televisión se ha duplicado. En términos generales, cuanto más grande es la pantalla, más energía necesita para funcionar. Para una tele de 32” la distancia mínima de visualización es de 1,4 metros, mientras para una de 50” es de 2,2 metros», citan como ejemplo.

«Es recomendable no instalar la televisión en los dormitorios. En general, lo ideal sería tener la menor cantidad posible de dispositivos en casa», añaden.

«A partir de día 30 de noviembre, líderes de todo el mundo acudirán a París a una cita histórica para el clima (COP22), pero todos los ciudadanos tenemos en nuestras manos el poder de aportar nuestro grano de arena para ayudar a frenar esta amenaza global», anima WWF.