MEDITERRÁNEO

Medfish, rumbo fijo a la sostenibilidad

Promueve medidas que garantizan una mejor actividad pesquera y una mayor protección del mar

Pesca tradicional de quisquillas en Motril XPRESSION INTERNATIONAL

Charo Barroso

«No tenemos salida si perdemos la poca flota que nos queda», afirma Ignacio López, mientras contempla con añoranza una fotografía antigua del puerto de Motril abarrotado de embarcaciones. Habla con el profundo conocimiento de una dura profesión de 365 días al año y toda una vida en el mar. Ahora, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de esta localidad granadina, aboga por una pesca sostenible y responsable. «Somos gente trabajadora que vamos a un medio natural a buscarnos la vida. El pescador dentro de los ecosistemas es un depredador, pero tenemos que buscar el equilibrio. Los ecosistemas están gravemente dañados por el uso humano, no solo por la pesca . Pero nosotros hemos querido dar un paso en el camino de la sosteniblidad», explica López. Un rumbo fijo en cuyas aguas se han encontrado con el apoyo de Marine Stewardship Council (MSC) y WWF.

La pesquería de quisquilla de nasa de Motril es una de las siete elegidas en España para formar parte de Medfish, un proyecto cuyo objetivo realizar un análisis riguroso y exhaustivo del estado de pesquerías españolas y francesas en el Mediterráneo. Para ello, se utiliza el estándar MSC como referencia para la sostenibilidad. «Las pesquerías deben operar de un modo que permita que la pesca continúe de manera indefinida, para que la población de peces esté en un estado biológico sano y sostenible en el que se asegura su reproducción; deben minimizar los impactos ambientales, de modo que no amenace la estructura, productividad y diversidad del ecosistema, y han de cumplir la legislación pertinente y estar gestionadas de manera eficaz y adecuada para asegurar la sostenibilidad a largo plazo», explica Laura Rodríguez, directora de MSC España y Portugal. «Nuestra visión es un futuro lleno de peces. Y es un objetivo realizable, estamos convencidos de que se puede acabar con la sobrepesca porque hay capacidad técnica para hacerlo, lo que hace falta son más recursos y compromiso político», sentencia.

Una hoja de ruta clara y precisa, liderada además por Naciones Unidas bajo el ODS14 , que establece que de aquí a 2020 hay que reglamentar eficazmente la explotación pesquera y poner fin a la pesca excesiva, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y las prácticas pesqueras destructivas. E insta a aplicar planes de gestión con fundamento científico a fin de restablecer las poblaciones de peces en el plazo más breve posible, alcanzando niveles que puedan producir el máximo rendimiento sostenible de acuerdo a sus características biológicas. Todas ellas cuestiones que están en el ADN del proyecto Medfish .

Sobreexplotación

La realidad: el Mediterráneo es el mar más sobreexplotado del mundo y en sus aguas más de 110 especies se encuentran en peligro de extinción, según datos de la FAO. En la actualidad el 78% de las poblaciones que están evaluadas se encuentran sobreexplotadas, los recursos marinos de uso humano atraviesan una frágil situación, hay pocos datos sobre las poblaciones pesqueras, así como pesquerías muy diversas que utilizan diferentes artes y métodos. Y todo ello en un punto clave de biodiversidad, donde hábitats y ecosistemas están amenazados. Unos complicados mimbres que justifican la creación de Medfish.

«Hemos identificado más de 350 pesquerías operando en el Mediterráneo español», señala Julio Agujetas, responsable del proyecto en España, quien precisa que «se ha realizado el mapeo de 50 pesquerías por país, así como una recopilación y análisis exhaustivo de la información existente acerca de sus artes de pesca, el estado de las poblaciones, las composiciones de las capturas, las interacciones con especies vulnerables o el impacto sobre los hábitats». De todas ellas, se han realizado análisis de sostenibilidad de catorce, siete en territorio español, y que van desde la pesquería de boquerón de cerco de Caleta de Vélez, de langostino de parranza del Mar Menor, de gamba roja de arrastre de Palamós , de salmonete de fango de arrastre en Villajoyosa y Santa Pola, pasando por la de jonquillo con arte de tiro de las islas Baleares, de merluza de arrastre en el Golfo de León o la quisquilla de nasa en Motril.

«Después de las preevaluaciones se han elaborado planes de acción de mejora en colaboración con las pesquerías. Es un enfoque colaborativo y horizontal , porque se trata de empoderar a los pescadores y gestores para que lleven a cabo aquellas mejoras necesarias que garanticen la actividad pesquera de forma duradera», explica Agujetas, para quien «la falta de datos disponibles y fiables es uno de los obstáculos para la mejora de las pesquerías. Las poblaciones de peces objetivo de las catorce que participan en el proyecto o bien están en un estado deficiente o nunca han sido sometidas a evaluaciones científicas fiables, faltaban datos sobre la captura incidental o los hábitats marinos. Medfish contribuye a mejorar el conocimiento sobre las acciones necesarias para revertir la situación de las pesquerías mediterráneas y propone medidas y soluciones para superar retos en el camino de la sostenibilidad».

Futuro sostenible

Inmaculada Carrasco, técnica de la Cofradía de Pescadores de Motril, sabe bien de lo que habla Julio Agujetas. «De una flota de 60 barcos hemos pasado a 34, y las capturas también se están reduciendo -explica- Luchamos contra la contaminación de los ecosistemas marinos , por adaptarnos a la normativa comunitaria y por encontrar relevo generacional. Llevamos desde 2013 implementando proyectos para entrar en la sostenibilidad pesquera. Medfish nos ha dado la posibilidad de mapear, preevaluar y aplicar un plan de acción. La quisquilla es una de nuestras pesquerías estrella y tenemos la posibilidad de hacerla con artes menores. Esta iniciativa nos ha abierto una ventana al conocimiento y al saber», y precisa que «tenemos en marcha un proyecto de asistencia técnica para una pesca sostenible en el Mar de Alborán para lograr adaptarnos a la normativa europea, estamos preparando un proyecto de descarte en el que podemos contar ahora con información científica y otro de sostenibilidad del caladero para introducir software en barcos pesqueros, que registren datos y sirvan para evaluar y mejorar la situación».

Y es clara: «Queremos promover la pesca sostenible , reducir las capturas no deseadas. No queremos desaparecer, sino seguir existiendo como pescadores, estamos en la línea y todavía estamos a tiempo». Y lo dice mientras mira por la borda del catamarán (con bandera de WWF) desde el que se puede contemplar el «Costa Agua Amarga», el barco donde faenan recogiendo las nasas con las preciadas quisquillas. Conversa con Jorge Sáez, coordinador de la ONG Soldecocos (Sociedad para el Desarrollo de las Comunidades Costeras), quien apuntala que «Medfish permite contar con una herramienta objetiva para conocer las claves de mejora del sector, para proveer a los pescadores del conocimiento sobre el estados de sus pesquerías, proporcionando datos científicos y colaborando en una gestión y planificación ajustada a cristerios de sostenibilidad». No obstante, deja claro que «la sostenibilidad de la costa es imposible sin el sector pesquero. Hay que conjugar la normativa ambiental europea sobre cómo gestionar nuestros espacios marinos con la realidad pesquera».

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