Animan a los agricultores a participar en la recuperación del lince ibérico
El proyecto Life Iberlince ha editado una guía dirigida al sector agrario que incluye sencillas prácticas en el manejo de las explotaciones para contribuir a la estabilización de los núcleos poblacionales de la especie en la península
El proyecto Life Iberlince para la «Recuperación de la distribución histórica del Lince ibérico ( Lynx pardinus ) en España y Portugal ha editado una guía dirigida a los agricultores en la que les muestra cómo con pueden contribuir de forma decisiva a la estabilización de los núcleos de población de esta especie que se encuentran repartidos a lo largo de la geografía peninsular. Solo deben emprender una serie de «pequeñas actuaciones» y observar unas «sencillas prácticas» en el manejo de las explotaciones agrarias. Son las siguientes:
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Protección del suelo: uso de cubiertas vegetales
La principal amenaza de los suelos agrícolas es la erosión , por lo que hay que tratar de minimizarla evitando suelos desnudos o el laboreo en épocas de lluvia.
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Rotación de cultivos: barbecho
El barbecho es una práctica ancestral que mantiene la productividad de los campos y contribuye a prevenir la aparición de plagas, enfermedades y malas hierbas al romper la continuidad de cultivos similares de forma sucesiva.
Los barbechos constituyen, además, una fuente de alimento para gran cantidad de animales, entre ellos los conejos, que encuentran en estas zonas alimento cuando empieza a escasear en su medio natural.
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Reducción del uso de fitosanitarios
Es aconsejable el empleo moderado de productos químicos para combatir las malas hierbas, plagas y enfermedades (herbicidas, insecticidas, fungicidas, etc.). Aunque estos productos están autorizados para la producción agraria conviene hacer un uso responsable de los mismos a fin de evitar efectos perjudiciales sobre el medio, tales como la contaminación del suelo y de los cauces , así como la afectación de la fauna auxiliar que tan beneficiosa resulta para la producción agrícola (abejas, parásitos naturales de plagas, etc.).
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Fertilización orgánica y abonos verdes
En la fertilización de los suelos cobra especial interés el uso de materia orgánica como el estiércol previamente madurado o el compost . También puede lograrse dicha fertilización mediante una combinación adecuada cultivo- pastoreo, en la que el ganado aproveche los restos de los cultivos a la vez que aportan el estiércol que generan.
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Mejora de la calidad de los pastos: fertilización
En la dehesa convergen la ganadería, el aprovechamiento cinegético y, muchas veces, otros aprovechamientos forestales. Constituye un ecosistema, pues, de gran importancia para el establecimiento tanto del lince ibérico como del conejo de monte que le sirve de alimento. Por ello, su fertilización con preparaciones ricas en fósforo redunda en un beneficio para el desarrollo natural, por ejemplo, de las leguminosas .
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Mejora de la calidad de los pastos: siembra
Las siembras han de incluirse dentro de las rotaciones clásicas de cultivos y deben realizarse siguiendo las recomendaciones para evitar la erosión.. Se debe, también, respetar el regenerado de las especies arbóreas y las zonas arbustivas existentes, ya que sirven de refugio a especies silvestres como el conejo.
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Implantación de setos en caminos y lindes de la explotación
Los setos vivos son formaciones vegetales con mezclas arbóreas, arbustivas y, en menor medida, herbáceas, que permiten crear un medio natural dentro de la explotación agrícola. Acogen en su interior a poblaciones estables de distinta fauna auxiliar capaz de controlar a los insectos-plaga cuando sus números empiezan a crecer.
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Conservación y restauración de la vegetación de los arroyos
La vegetación de ribera cumple una función relevante a la hora de estabilizar los cauces y evitar desprendimientos que pueden causar pérdida de suelo y accidentes a los ejemplares que acuden a beber. Es recomendable, pues, la plantación de especies propias de ribera como sauces, chopos, fresnos, tarajes... De la misma forma, se pueden recuperar bebederos y pequeñas charcas .
No ocurre igual, en cambio, con las balsas de riego , que pueden ser también un punto al que acuden los animales para beber, entre ellos el lince, pero que conviene mantener cerradas, con mallas de exclusión, por ejemplo, o bien instalar sistemas que faciliten la salida en caso de que se produzcan caídas de animales (troncos, palets, redes viejas…).
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Mantenimiento de los enclaves de vegetación natural y árboles aislados
Es habitual que en las explotaciones agrícolas y ganaderas existan zonas que no son aptas para el cultivo , debido a su elevada pendiente, a formaciones rocosas, etc. Pero deben ser preservadas igualmente, siendo, en especial, importante potenciar la presencia de especies autóctonas del monte mediterráneo, como encinas, acebuches, madroños, retamas, mirtos, lentiscos, romero...
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Conservación de majanos y muros de piedra
Una tarea habitual en los terrenos agrarios es la acumulación de las piedras que se encuentran dispersas por la zona de cultivo. Suelen recogerse en forma de montones en lindes y áreas improductivas. Esta acción permite la creación de refugios y vivares para los conejos, la principal presa del lince ibérico.
Igualmente, las acumulaciones de restos de poda y otros vegetales son utilizadas por los conejos para construir sus madrigueras. Dejándolos amontonados en el campo, se aumentan las posibilidades de que el conejo esté presente de forma estable en el territorio. Sin embargo, tal y como recoge la normativa, advierten desde Iberlince, esta práctica no es posible con la leña de olivo, «para no desarrollar problemas de barrenillo».
