Cada año se pierden 12 millones de hectáreas de tierras productivas

Hoy, 17 de junio, se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación. En 2015, se centra en «lograr la seguridad alimentaria para todos a través de sistemas alimentarios sostenibles», tal y como ha comunicado Naciones Unidas. Bajo el lema: «El que algo quiere, algo le cuesta, invirtamos en suelos sanos», la organización quire llamar la atención de los ciudadanos sobre la importancia de cumplir las siguientes cinco acciones:

1. Cambiar el uso que hacemos de la tierra, apostando por una agricultura que se adapte al cambio climático; en especial en las zonas áridas.

2. Permitir el acceso a los avances tecnológicos y a la titularidad de tierras a los pequeños agricultores que respetan el medio ambiente y responden a las necesidades alimentarias de millones de hogares, en especial de los más pobres.

3. Conseguir un mayor equilibrio entre las finalidades ecologistas y el consumo de alimentos.

4. Aumentar las inversiones que promueven mejores prácticas y un sistema de producción más sostenible.

5. Incrementar las acciones que hacen visibles las consecuencias de la desertificación, una realidad que obliga a los habitantes de los países que sufren la escasez de agua y de comida a emigrar.

Más de 12 millones de hectáreas de tierra productivas se pierden cada año debido a la desertificación y la sequía, por lo que 20 millones de toneladas de grano dejan de crecer en ellas, señala la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Con una población global de 9.000 millones de personas prevista para el año 2050, combatir este problema resulta primordial.