Cambios automáticos: cuáles son sus ventajas e inconvenientes y por qué están de moda

Aunque el manual sigue siendo el preferido, hay un cambio de tendencia: casi el 40% de los coches nuevos equipan un cambio automático. La electrificación amenaza con llevar a la desaparición a este elemento mecánico

Unai Mezcua

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Los españoles empiezan a verse seducidos por el cambio automático. Las estadísticas muestran un fuerte incremento de las ventas desde 2019. Un alza que solo en parte se justifica por el incremento de las matriculaciones de modelos híbridos y eléctricos. Estos últimos carecen de opción manual y, salvo contadas excepciones, ofrecen una sola relación fija. De ahí que la promesa de distintos gobiernos, entre ellos el español, de acabar con la venta de vehículos térmicos, amenace con causar a medio plazo su desaparición.

Si entre 2010 y 2018 los coches automáticos apenas suponían un 6,5% de las matriculaciones, esta cifra era ya el 12% en 2017, coincidiendo con el despegue de los vehículos híbridos. Desde entonces el alza ha sido mucho más vertiginoso, hasta suponer el 38,1% de las matriculaciones en el primer semestre de este año. Un incremento mayor que el de las ventas de híbridos y eléctricos, que supusieron en el mismo período el 29,6% de las ventas de automóviles nuevos.

«Hay varios factores que están causando este aumento», explica Stefano Ricci , responsable para España de la consultora especializada JATO Dynamics. «Destacaría el mayor aprecio por parte de los clientes de la comodidad de su uso frente a la reducción de los costes, la simplificación de la oferta y una mejora de las eficiencias en consumos y emisiones de los vehículos». Históricamente los cambios automáticos se veían penalizados por su sobrecoste inicial, pero también por factores como unas averías más costosas y un consumo medio superior al de una alternativa manual. La evolución técnica, sin embargo, ha resuelto o minimizado al extremo casi todos estos inconvenientes.

Además, la introducción de cajas secuenciales con levas en el volante han desterrado también la percepción de que un coche automático es por definición aburrido. «Lo que ofrecían las marcas hace más de una década eran cajas de cambios automáticas en sus modelos de gama alta y algunos de gama media con cuatro velocidades que se caracterizaban por su lentitud en los cambios de marcha, por su mayor gasto de combustible y por ser menos eficaces en la frenada», explican desde el RACE. «Ahora la electrónica del vehículo ha dado paso a una nueva generación de cambios automáticos más suaves, más rápidos, más eficientes en consumo y que se ofrecen como opción incluso en vehículos generalistas de tamaño medio y pequeño. Es más, muchos modelos 'premium' ya solo se venden con cambio automático », resaltan.

El RACE propone poner en una balanza las ventajas y los inconvenientes de este tipo de transmisiones a la hora de optar por uno u otro en nuestro próximo vehículo. Si bien las cajas automáticas siguen siendo más caras y exigen un mantenimiento algo más exhaustivo, «ofrecen más comodidad, una conducción más segura y atenta al tráfico al no tener que estar pendientes del pedal y la palanca, y mayor seguridad mecánica por la suavidad de los engranajes».

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