Gama Audi TFSIe

Cuándo interesa comprar un híbrido enchufable y por qué

Exploramos las virtudes de este tipo de modelos a través de la gama TFSIe de Audi. La casa alemana ofrece una completa gama de modelos PHEV, con veinte versiones y doce carrocerías diferentes, que abarcan del A3 al Q8

Unai Mezcua

En el camino hacia la total electrificación de la automoción los fabricantes están apostando por los modelos cien por cien eléctricos, pero también por los híbridos enchufables. Se trata, según explica José Miguel Aparicio , director general de Audi España, «de una solución puente», que permite circular en modo cien por cien eléctrico en el día a día y recurrir a un motor térmico para viajar, para llegar allí donde aún no ha llegado la red de electrolineras. También sirve para habituarse a conducir un modelo electrificado y a utilizar un punto de recarga, un camino que como explica el propio Aparicio «es un camino que hay que recorrer y sólo hay que hacerlo una vez».

El fabricante alemán ofrece ya, bajo la denominación TFSIe, una completa gama de modelos híbridos enchufables, con veinte versiones y doce carrocerías diferentes en las gamas del A3, A6, A7 Sportback, A8, Q3, Q5 y Q8 . Su autonomía eléctrica oscila entre los 50 y los 73 kilómetros, según el modelo, suficiente para los recorridos diarios más habituales de los clientes de la casa de los cuatro aros, que realizan de media 58 kilómetros al día.

«Los híbridos enchufables son un complejo proceso de optimización de ingeniería», explica Aparicio, que resalta que la tecnología PHEV o híbrida enchufable « está concebida para una utilización masiva en recorridos urbanos ». El directivo, que recuerda que añadir cien kilómetros de autonomía a un vehículo híbrido o eléctrico implica añadir unos doscientos kilogramos a su peso, asegura que «Audi ha hecho un ejercicio de optimización, incorporando las tecnologías necesarias sin perjudicar al nivel de consumo ni emisiones ni a la dinámica de conducción».

Si en en 2017 apenas suponían el 0,3% de las ventas, hoy ya alcanzan el 4,4 por ciento, con 27.813 unidades en el primer semestre del año. Muchas son las virtudes de este tipo de modelos: lucen la etiqueta Cero emisiones de la Dirección General de Tráfico, con el consiguiente ahorro -por ejemplo, no pagan parquímetro en muchos municipios y pueden circular por los carriles bus VAO-. Y sus compradores pueden además beneficiarse del plan de ayudas Moves.

También ofrecen un confort de marcha superior al de un vehículo térmico, dado que, mientras haya carga en su batería, circulan no solo sin emisiones, sino también sin ruido y sin vibraciones. Y, aunque son más caros - unos 2.500 euros más que su equivalente 100% térmico , en el caso de Audi, porque su tecnología es más sofisticada- permiten dar un respiro al bolsillo. Con los precios actuales recorrer cien kilómetros impulsado por gasolina cuesta 8,03 euros; y con energía eléctrica si se recarga en casa, apenas 2,47 euros . Para la recarga se requieren de entre 2,5 y 4,5 horas en una toma doméstica, en función de la potencia contratada y la instalación. Cabe mencionar que Audi, junto a Iberdrola, ofrece un punto de recarga por 1.4000 euros, de los cuales se puede recuperar el 70% mediante el mencionado Moves.

La gama Audi TFSIe combina un motor eléctrico y otro térmico con elementos de electrónica de potencia que ayudan a gestionar la energía. A3 y Q3, y sus versiones Sportback, conjugan un 1.4 TFSI gasolina de 150CV con un motor eléctrico de 80 o 85 kW y una batería de 13 kWh; mientras que A6, A7 y Q5 suman un 2.0 o 3.0 TFSI con una batería de 17,9 kWh y un motor eléctrico de 100 o 105 kW.

Todos los modelos ofrecen cuatro modos diferentes de conducción: eléctrico (en el que arranca el vehículo y que se puede mantener mientras haya carga en la batería, a velocidades de hasta 140 kilómetros por hora), auto hybrid (busca la gestión más eficiente, ahorrando combustible), battery hold (conserva la energía eléctrica para, por ejemplo, circular más adelante en ciudad sin emitir partículas contaminantes) y battery charge (el motor de combustión recarga la batería).

Al levantar el pie del acelerador el vehículo recupera la energía de la deceleración. También al frenar, cuando es capaz de recuperar hasta 80 kW. Solo si la frenada es superior a los 0,3 g entran en funcionamiento los frenos hidráulicos, con lo cual su desgaste es mucho menor que en el de un coche térmico convencional. En el cuadro de instrumentación un indicador específico muestra si se está aprovechando la energía, y cuánto. Y, en el caso de que se esté realizando una conducción particularmente dinámica, el modo Boost combina ambos motores durante diez segundos para unas prestaciones máximas.

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