Ventajas e inconvenientes del coche de gas frente al eléctrico

Las búsquedas de coches de gas repuntan hasta el 3% en un año a pesar de la escalada energética por la guerra de Ucrania

No solo el combustible está por las nubes. Otras motorizaciones alternativas como el gas sufren los rigores de la crisis energética, agudizada por la guerra de Ucrania, de modo que el litro de GNL roza el euro y está en máximos históricos.

A pesar de ello, la demanda de coches de gas en el último año ha aumentado incluso ligeramente, de modo que las búsquedas online han pasado del 2,1% de principios de 2021 a casi el 3% actualmente, según Unoauto , el portal vertical especialista en VN de Sumauto. Y en el eléctrico es casi cinco veces más.

El gas se suma así a la corriente alcista de las nuevas motorizaciones, que representan en conjunto el 46% del total de búsquedas, superando a diésel (32%) y gasolina (22%). No obstante, se trata del «hermano pobre» entre los combustibles alternativos puesto que el 21% de las búsquedas corresponde a híbridos (gasolina) y el 13,5% a eléctricos, mientras que los híbridos enchufables son solo de momento el 8% y el gas queda rezagado con el mencionado 3%.

Ventajas y desventajas frente al eléctrico

Y todo ello a pesar de sus ventajas frente a los modelos electrificados. En concreto, un modelo de gas, al tener también un depósito de gasolina, supera fácilmente los 1.000 kilómetros sin repostar. En cambio, el eléctrico empieza a atisbar una autonomía de 500 kilómetros en determinadas condiciones, mientras que la opción del híbrido, tan eficiente en ciudad, en carretera obliga a parar más a repostar por el peso de la batería.

Otra ventaja del gas son los tiempos de repostaje , que son similares a un diésel o gasolina, frente al más largo y arduo proceso de recarga del eléctrico, por no hablar de la falta de infraestructuras.

Aún con todo ello, el gas aparece agazapado en la fotografía de la movilidad sostenible. Y es que, si bien el mercado automovilístico siempre ha abogado por la neutralidad energética, lo cierto es que desde la Administración siempre se ha tendido hacia la electrificación. De hecho, los vehículos de gas, a pesar de ser etiqueta 'ECO' como los híbridos, no se han incluido en los planes de incentivos, lo que no ha facilitado su adopción por parte de los conductores.

De esta forma, el gas se está quedando como una fórmula para las flotas. Así, en 2021 se matricularon 18.151 unidades entre gas licuado de petróleo (GLP) y gas natural vehicular , según la Asociación Española de Renting (AER). Mientras que los datos generales del mercado que proporciona ANFAC sitúa las ventas de los modelos a gas en 18.452 unidades el año pasado.

Según el portavoz de Unoauto, Ignacio García Rojí, «salvo grupos como Volkswagen o Renault, la oferta de modelos propulsados a gas de serie es más limitada que los electrificados, si bien los conductores tienen la opción de convertir por entre 2.000 y 3.000 euros un modelo a gasolina en uno de GLP, siempre y cuando se trate de un coche que cumpla la certificación de emisiones Euro 3, es decir, matriculado a partir de 2001».

Cómo pasar tu coche a gas

Según el Clúster Autogas, el GLP usado como carburante de automoción, vive un momento álgido en España. Todavía son muchas las dudas que nos rondan por la cabeza sobre este tipo de combustible y sus características, pero el director general del Clúster de Autogas, José Luis Blanco, nos da todas las claves. Principalmente, indica que existen dos tipos de instalaciones con Autogas: los Bi-Fuel y los Dual-Fuel. El primero, son los vehículos que funcionan «indistintamente con gasolina o con Autogas y por tanto pueden adaptarse cualquier vehículo de gasolina hasta euro 3 inclusive», es decir, coches matriculados del 2002 aproximadamente.

Asimismo, describe que es conveniente «consultar la marca y modelo del vehículo que queremos transformar a una empresa de transformaciones que las pueden encontrar en la web www.aoglp.com». «Ellos nos dirán si es posible y el coste de la transformación, así como si existe alguna promoción para efectuarla», añade. Eso sí, todos los vehículos de gasolina euro 4, en adelante transformados a Autogas, se convierten en etiqueta ECO y pasan a disfrutar de las ventajas que ello conlleva.

Por su parte, los Dual-Fuel son los vehículos que usan al mismo tiempo una mezcla de diésel y Autogas hasta un 35% y «se usan esencialmente para furgonetas y transporte pesado». En este caso, «todos los vehículos pesados son susceptibles de efectuar una instalación Dual-Fuel y solo el kilometraje necesario para amortizar la transformación debería ser el condicionante», explica Blanco.

Blanco asegura que la adaptación Bi-Fuel a que se tiene que someter el coche es muy simple: hay que «instalar un depósito de Autogas normalmente en el compartimento de la rueda de repuesto y unos accesorios que lleven el Autogas a los inyectores de gas en el motor». Este tipo de instalación puede costar alrededor de 1.200 euros, que se amorizan en un uso normal de entre 50.000 y 60.000 kilómetros en la vida del vehículo ya que «el precio del Autogas es casi la mitad que el de gasolina».

Además, «los transformadores se encargan de todo lo necesario para la legalización del coche y su paso por la ITV», afirma el director general del Clúster de Autogas. No obstante, si lo que se desea es una instalación de Dual-Fuel, el proceso es algo más complejo ya que «la tecnología de los vehículos pesados y su puesta a punto es fundamental». Es necesario colocar un depósito de Autogas, normalmente en el lugar de uno de los dos depósitos de Diésel que tienen estos utilitarios y luego «canalizarlo al motor para que se efectúe la mezcla del combustible líquido con el gaseoso», concluye.

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