Volkswagen Passat GTE, la berlina del futuro ya está aquí

Aunque tardará aún unos meses en llegar a España y no hay precios, ya hemos podido probar el Passat GTE, la berlina híbrida enchufable de Volkswagen

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Los últimos estudios hablan de que en el 2018 se venderán alrededor de 890.000 híbridos enchufables en todo el mundo y que para el 2022 las ventas rondarán los 3.300.000. Unas cifras aún discretas pero que muestran que la apuesta por la electrificación en el mundo del automóvil es un hecho incuestionable. Está claro que es el futuro y prácticamente todos los constructores tienen ya en sus catálogos prototipos que verán la luz en un futuro más o menos cercano o en algunos casos como en el de Volkswagen modelos que ya circulan por nuestras carreteras.

Volkswagen y el futuro

La apuesta de Volkswagen por la electricidad ha sido desde el principio total: primero fueron en 2014 los eléctricos puros e-up y e-Golf.

Más tarde, éste mismo año 2014, el Golf GTE, el compacto más deseado quien abrió la veda del siguiente paso, «los híbridos enchufables» con una versión de 204 caballos y un consumo los 100 primeros kilómetros de tan sólo 1.5 litros. Y ahora acaba de presentar dos versiones de su modelo Passat en sus dos carrocerías: berlina y Variant o familiar. En Alemania y países limítrofes se pondrá a la venta este otoño y en España por la alta demanda de estos países se retrasará hasta la primavera. Pero llegará.

Passat GTE

Exteriormente el Passat GTE apenas se distingue de las versiones de gasolina o diésel por pequeños detalles en azul como la parrilla cromada específica del frontal que integra un destacado perfil azul y el enchufe donde recargar las baterías, las luces de conducción diurna LED en forma de «C» que son ya características de las versiones “eléctricas” de Volkswagen o las pinzas de los frenos también en un llamativo azul.

En cuanto al interior ocurre lo mismo, además de que vendrá equipado hasta arriba con por ejemplo el Head-up display o el Volkswagen Digital Cockpit en lugar de los tradicionales relojes sólo dos botones al lado de la palanca del cambio automático DSG delatan que estamos ante una versión especial. Dos botones que sirven para gestionar en la pantalla táctil del salpicadero el modo en que se va a mover el coche: por un lado el botón GTE que da nombre a la versión y que pulsado nos va a dar toda la potencia disponible del coche: 218 caballos y 400Nm de par que surgen del uso combinado del motor de combustión y el eléctrico y con el que disfrutaremos de un casi GTI y un segundo botón desde el que gestionar el resto de modos en que se van a combinar el motor de combustión «un TSI de 1,4 litros con 156 caballos» y el eléctrico de 115CV para sacarle todo el potencial, que es mucho, al sistema.

Conducción a la carta

El primer modo además del GTE que ya hemos visto y con el que siempre inicia su andadura el coche «si tiene suficiente carga en las baterías» es el e-Mode o eléctrico puro y con el que se pueden recorrer alrededor de 50 kilómetros y no gastar absolutamente nada de combustible. En éste caso y según las tarifas de electricidad en Alemania el coste de los 100 primeros kilómetros sería de unos 3.5 euros, un consumo equivalente en ciudad a un coche de gasolina que consumiese 2.5 litros. Algo que de momento no consigue ningún otro coche. El siguiente modo «aunque se puede elegir el modo de funcionamiento indistintamente si hay carga en las baterías» es el modo Hybrid Auto en el que el sistema combina ambos motores para obtener la mayor eficiencia. El Battery Hold nos permite mantener la carga de la batería sin usar «en este caso únicamente funciona el motor de gasolina» para utilizarla más adelante y por último el Battery Charge que recarga la batería con la energía generada por el motor de combustión y que aunque aumenta el consumo de gasolina nos permitiría recargar la batería en carretera para llegar a la ciudad y usar el modo eléctrico.

Conclusión

En los kilómetros que hemos realizado por carreteras holandesas las primeras sensaciones son de que condujimos un coche normal, aunque estamos ante el futuro del automóvil. El interior es tan cómodo como cualquier otro Volkswagen Passat y con las baterías situadas bajo los asientos traseros no ha perdido nada de maletero ni espacio interior. Además la versión que llegue a España probablemente venga con todos los sistemas de seguridad desarrollados para los Passat “normales” como los faros LED, sistema de infoentretenimiento «Composition Media», «Front Assist» y el asistente de frenada de emergencia automática en ciudad de serie, etc.

En cuanto a la conducción, sin hacer nada y con las baterías cargadas a tope recorrimos los primeros kilómetros en absoluto silencio y acelerando hasta los 130 kilómetros por hora sin entrar en funcionamiento el motor de combustión. A partir de cierto momento empezamos a jugar con el sistema recargando la batería en el modo Battery Charge «vimos aumentar el consumo de gasolina considerablemente pero el cómputo global por kilómetro seguía siendo ridículo: 1.9l/100km» y recuperamos unos cuantos kilómetros de autonomía. También usamos el modo GTE y ahí surgió el motor de 150 caballos de gasolina junto con el eléctrico para con un sonido muy agradable darnos toda la potencia, los 218 caballos y acelerar de forma fulgurante. Más tarde probamos el Battery Hold y los 150 caballos movían el coche con soltura y un gasto comedido. Tambié utilizamos el modo Battery Charge y en unos cuantos kilómetros recuperamos mucha de la carga «en cerca de una hora de uso se recarga hasta un 80% de la carga» y finalmente volvimos al modo eléctrico puro para terminar con un muy agradable sabor de boca y sintiendo que sentíamos el futuro del automóvil muy cerca.

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