Centro de exámenes de la DGT en Móstoles
Centro de exámenes de la DGT en Móstoles - ABC

Los examinadores de Tráfico, acorralados por las «palizas» de los suspensos

Los funcionarios están en huelga parcial indefinida desde hace cuatro semanas y planean una gran manifestación en Madrid. Reclaman más seguridad y cambios en el modelo de examen

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Los examinadores de Tráfico entraron ayer en su cuarta semana de huelga parcial indefinida. Al mediodía, cada jornada desde el pasado 14 de septiembre, interrumpen los exámenes como protesta ante el aumento de agresiones por parte de algunos alumnos descontentos con su evaluación. A finales de este mes, planean concentrarse en Madrid para reclamar más seguridad y una revisión al alza de sus salarios. Desde 2013, son ellos los encargados de comunicar directamente, y aún dentro del vehículo, que no han superado la prueba. La normativa, que antes permitía al examinador informar de la nota a los profesores de autoescuela, obliga a explicar al candidato los errores que ha cometido.

Una situación que ha propiciado que algunos «descarguen su enfado mediante insultos o agresiones físicas que, en algunos casos, han terminado en los tribunales».

Así lo explica Manuel de Santiago, coordinador nacional de Tráfico del sindicato CSI-CSIF. «Las agresiones se han disparado desde que los examinadores tienen la obligación de comunicar el resultado de la prueba in situ», explica. «La solución es muy sencilla: que la Dirección General de Tráfico (DGT) nos deje dar las notas 24 horas después del examen, como se hace en Francia», explica este miembro de CSI-CSIF.

«Hartos», los examinadores han decidido mantener este paro diario de 3 horas para reclamar la atención de la DGT. La media del seguimiento, según sus cálculos está siendo del 70% de los funcionarios. «Resulta que las notas del examen teórico dejaron de darse en el momento para evitar que los alumnos generaran daños en el mobiliario y los ordenadores al ser suspendidos. Algunos golpeaban las pantallas al recibir la noticia o se llevaban como venganza el lapicero óptico con el que se marcan las respuestas en ella. Sin embargo, poco les importa que nosotros nos llevemos la cara rota a casa», explica.

El año pasado se registraron más de 20 agresiones denunciadas en toda España. «Algunas de ellas muy graves, como la que sufrió un compañero de Bilbao al que un alumno intentó acuchillar tras conocer el resultado del examen. En Granada un profesor de autoescuela se tiró al cuello de otro examinador descontento con la evaluación que había realizado a sus clientes», asegura. «Las palizas, los puñetazos, las amenazas y los insultos son constantes. La mayoría ni se denuncian. Sería cómo si un arbitro tuviera que denunciar a todo los espectadores de un campo de fútbol por los insultos que recibe», comenta De Santiago.

Zonas aisladas, polígonos y caminos

La mayoría de las agresiones, según los sindicatos, se producen en zonas aisladas, alejadas de los núcleos de población. «En algunas provincias, como Barcelona, las pruebas se realizan en polígonos industriales. El examinador se ve solo en una zona aislada y sin seguridad», explica. A pesar de todos estos episodios violentos, aseguran que la DGT no ha mostrado su voluntad de cambiar la forma de dar el «apto» o «no apto» a los candidatos a obtener el carné de conducir. «Es por eso que estamos planteando dar el siguiente paso con esa gran movilización nacional en Madrid», apunta.

Las consecuencias de este parón indefinido han tenido una mayor repercusión en capitales de provincia como Barcelona, Sevilla, Valencia, Santander, Pamplona, Toledo o Badajoz. El caso de Madrid es «especial». «Las pruebas se hacen cerca del centro de exámenes de Móstoles, un área más vigilada y con seguridad en la que es complicado que se produzca una agresión», explica. El seguimiento de los paros en la Comunidad de Madrid está siendo mínimo. «Hay unos diez examinadores secundando la huelga», apuntan desde este sindicato.

Miles de alumnos y autoescuelas afectadas

La huelga está afectando de una manera «muy importante» a los alumnos de las provincias antes mencionadas. En algunos casos hay una lista de espera de más de un mes para poder examinarse, como en Santander o Pamplona. Así lo aseguran desde la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), que representa a la mayoría de los centros formativos. «Estamos viendo una disminución del nivel y la calidad de los exámenes. Algo realmente peligroso», apunta Rubén Castro, secretario de CNAE.

«Las cancelaciones sin previo aviso de un examen generan una pérdida de tiempo y dinero importante tanto para el alumno como para el centro formativo», apunta. «Comprendemos que los examinadores ejerzan su derecho a huelga, pero el problema de fondo es que, en condiciones normales, no hay suficientes ingenieros», afirma Castro. «Esto es solo el principio del problema. La DGT no hace nada para cubrir el cupo de bajas y jubilaciones que se han producido en los últimos años», concluye Castro.

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