Albert Rivera y Cristina Cifuentes se saludan en la celebración del Foro ABC protagonizado por el primero
Albert Rivera y Cristina Cifuentes se saludan en la celebración del Foro ABC protagonizado por el primero - jaime garcía

Albert Rivera quiere la salida de Ballarín

La dirección de Ciudadanos avisa a Cifuentes: «El PP debe apartarlo si quiere un acuerdo»

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Ciudadanos, el partido convertido en la llave del Gobierno de la Comunidad de Madrid, no está nada satisfecho con la decisión de Cristina Cifuentes de dar carpetazo al caso Ballarín, el diputado número siete en la lista del PP, investigado e imputado por prevaricación hasta el martes pasado. En su cuartel general de Barcelona reina cierto nerviosismo por un asunto que pone a prueba el nivel de exigencia que su comité nacional de pactos se ha marcado en cuanto a las demandas de «regeneración democrática»y medidas contra la corrupción política.

La candidata del PP, que busca ganarse el apoyo del grupo naranja para su investidura, evitando así una «pinza» del PSOE con Podemos, ratificó el viernes en el cargo a Álvaro Ballarín, tras confirmarse el archivo provisional de la causa contra él por la retirada in extremis de la querella.

La renuncia repentina de la acusación motivó su desimputación por un presunto delito de prevaricación y falsedad documental. Ballarín fue imputado en abril, e incluso fue llamado a declarar ante el juez el pasado día 20, pero se lo ocultó a Cifuentes.

Ciudadanos ve «sospechoso» la retirada de la imputación de Ballarín, por lo que esperará al criterio de la Fiscalía, que esta semana decide si actúa de oficio tras el paso atrás del denunciante. «Algo huele muy mal, es sospechoso», aseguran en el partido naranja, cuyo líder en Madrid, Ignacio Aguado, mantendrá hoy su primera reunión oficial con Cifuentes tras las elecciones autonómicas. El voto de sus 17 diputados serán decisivos para que el PP alcance el Gobierno regional.

Responsabilidad política

Aguado le expresará su «preocupación» por el carpetazo de un asunto en el que «como poco» Cifuentes debería haber pedido a Ballarín responsabilidades políticas, asegura. «Si es verdad que le ocultó su imputación durante todo este tiempo, es motivo suficiente para retirarle la confianza y pedirle que se marche», sostiene Aguado, quien en todo caso opta por la cautela y por esperar al criterio fiscal. Si reabre el caso y es imputado de nuevo, su expulsión es «incuestionable». También lo sería para Cifuentes.

Sin embargo, en el entorno de Albert Rivera apuestan por exigir desde ya la salida de Ballarín. «Nuestra idea es pedir que sea apartado. Tiene que ser así si quieren que haya acuerdo», señala a ABC un miembro de la dirección nacional, que no oculta el malestar que genera en los cuadros naranjas el dilema abierto en Madrid. Temen que el resto de fuerzas políticas recriminen a Ciudadanos que, pese a su discurso de «tolerancia cero», transija a la primera. Es Aguado quien tiene la iniciativa para explorar acuerdos, pero la posición final necesitará del visto bueno del comité nacional de pactos.

Lo cierto es que una de las exigencias previas de Ciudadanos para entablar negociaciones es, precisamente, la expulsión de imputados, pero no sólo. «Es verdad que Ballarín ya no está imputado formalmente, pero su crédito está acabado. Desde luego, en Ciudadanos no cabe alguien así. La retirada de la querella justo en los días próximos a las elecciones es sospechosa. El asunto no queda nada claro», añaden desde la formación de Rivera. En todo caso, insisten, «lo primero es esperar a la decisión de la Fiscalía».

Mientras tanto, y aunque su compromiso es priorizar a la lista más votada, en Ciudadanos admiten no ser ajenos a los cantos de sirena que llegan desde el PSOE para una hipotética abstención a favor de la investidura de Ángel Gabilondo, que en cualquier caso necesitaría del «sí» de Podemos. «Es evidente que Gabilondo es una persona con la que dialogar», observan.

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