El tradicional Belén acuático del Zoo de Madrid
El tradicional Belén acuático del Zoo de Madrid - zoo

Un belén entre tiburones, tortugas y caballitos de mar en el Zoo de Madrid

Paradójicamente, el animal más fiero de este pequeño ecosistema tropical es la tortuga boba

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La virgen María junto a una tortuga marina, san José y una morena o los Reyes Magos cabalgando sobre caballitos de mar componen uno de los belenes más atípicos de la navidad madrileña, el nacimiento acuático del Zoológico de Madrid, en el que no faltan los temidos tiburones. A cuatro metros y 23 grados de temperatura se halla este belén rodeado de barracudas, rayas y grandes tortugas que, desde 1995, es una de los reclamos navideños del acuario madrileño.

Con la puesta del belén, las fiestas también llegan a las profundidades de este tanque de un millón de litros que recrea aguas caribeñas y contiene 20 especies de peces tropicales, entre ellos 6 imponentes tiburones. Unos escualos que, según el acuarista del Zoo Aquarium de Madrid, Javier García, son «totalmente inofensivos»: tanto que el buzo ha aprovechado la inmersión de 30 minutos en la que ha colocado el belén para hacerse un selfi junto a ellos.

Paradójicamente, el animal más fiero de este pequeño ecosistema tropical es una tortuga boba, conocida como Bubu, que es «especialmente agresiva». De hecho, Bubu ha sido la primera del tanque en acercarse al nacimiento para, en un arrebato sacrílego, morder a una de las figuras cristianas.

El resto de habitantes del acuario, por su parte, «estarán curioseando y pasarán muy cerca del belén, ya que notan que hay algo diferente», explica García.

La triste historia de la tortuga boba

La historia de la tortuga boba bien podría ser un cuento de Navidad, tras ser rescatada por la Guardia Civil de una tienda de animales madrileña y tras constatar que no es posible devolverla al mar, fue llevada al acuario, donde está siendo reeducada y es usada como semental. Sin embargo, las estrellas del tanque son los escualos, especialmente Morgana, un gigantesco tiburón Toro de 3 metros que, a veces, roza con sus aletas pectorales el cristal que le separa de los visitantes en un movimiento que casi parece un saludo.

Pese a encontrarse en cautividad, Morgana reproduce algunos de los hábitos de los escualos en libertad, como nadar en compañía de una rémora que viaja adosada a ella. «Pensamos que los tiburones son unos animales muy agresivos, que sólo comen foca y en cambio son inteligentes y pacíficos», cuenta otra de las acuaristas del centro, Belén Gómez.

«Sólo hay 2 ó 3 especies que pueden ser problemáticas», puntualiza su compañero, bajo un cartel que reza: «el verdadero terror será que desaparezcan», en referencia a la extinción de alguna de ellas. García destaca también que con la colocación del belén durante la navidad se rompe la monotonía del tanque: «Les saca un poco de su rutina y está bien».

Una tradición con cientos de visitantes

El nacimiento del acuario se ha convertido en «una tradición» que trae a cientos de visitantes al zoológico, que también pueden disfrutar de otras imágenes navideñas en el área de los osos pandas y en la pradera que habitan los flamencos.

Además, el Zoo de Madrid pondrá en marcha el tren de la navidad, que recorrerá el parque, engalanado estos días, durante laborables, fines de semana y festivos. El centro también organizará de cara a las fiestas varios campamentos y talleres dirigidos a los niños de entre 4 y 14 años que podrán disfrutar de las vacaciones escolares rodeados de todo tipo de animales.

Además del acuario habitado por 20 especies de peces tropicales, en el zoo de Madrid, ubicado en la Casa de Campo, conviven animales de diversa procedencia como bisontes europeos, koalas, osos, monos o, llegados desde la sabana africana, jirafas, cebras o ñus. Tal es la amalgama de animales que habitan el zoo que, al aproximarse, se pueden oír aullidos irreconocibles de sus moradores que esperan felicitar estas navidades a numerosos visitantes.

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