La búsqueda de Cervantes se retomará en cuatro semanas

Especialistas en medicina forense,antropología, osteoarqueología, ADN, dientes y momias forman el equipo multidisciplinar que acompañará al antropólogo forense Francisco Etxeberría en la búsqueda de los restos de Cervantes, que a mediados de diciembre comenzará su «segundo acto». Con todos los permisos –eclesiásticos y oficiales– en su poder, los responsables de este proyecto anunciarán en una semana el reinicio de los trabajos, y los comenzarán unos días después, a mediados de diciembre.

Con el espaldarazo del Arzobispado, los permisos de la C omunidad de Madrid no se han hecho esperar ante un proyecto de tal magnitud y trascendencia mediática, dentro y fuera de nuestras fronteras. Ahora llega la hora de los especialistas. Los trabajos comenzarán a mediados de diciembre.

En esta ocasión, a la labor del georradar que manejó el equipo de Luis Avial –siguiendo las pautas históricas marcadas por el historiador Fernando de Prado– y que señaló los lugares donde más probablemente pudiera haber restos mortales en la Iglesia de Las Trinitarias, le va a seguir una tarea de «microcirugía» de la mano del antropólogo forense que preside la Sociedad Científica Aranzadi.

Se actuará sobre la cripta, que esta situada varios metros bajo la iglesia. Allí, se analizarán los más de 30 nichos existentes con cámaras endoscópicas, de manera que se discrimine cuáles pueden contener restos humanos compatibles con un varón de la edad que tenía Cervantes en el momento de su muerte.

Sólo en estos casos, se retirarían los tabiques que las cubren para extraer muestras, que se analizarían «in situ» en un laboratorio de campaña que montarán en la propia cripta.

Ahí será donde se desarrolle el trabajo de especialistas como los médicos internistas, especialistas en momias, osteoarqueólogos u odontólogos.

En el equipo hay también especialistas en ADN, así como otros técnicos como una artista forense licenciada en Bellas Artes o una conservadora del Museo del Traje. Cualquier otro análisis que fuera necesario realizar fuera del recinto para identificar los restos hallados requeriría un nuevo permiso expreso del Arzobispado.

Es posible que desde la cripta se «ataque» una zona del suelo de la iglesia de las Trinitarias donde el georradar localizó unas anomalías susceptibles de corresponder a tumbas. Concretamente, se trata de una de ellas, situada bajo la imagen de la Inmaculada, a unos 40 centímetros de distancia desde la cripta. De esta forma, podría analizarse este emplazamiento, muy importante y con altas posibilidades de albergar la tumba de Cervantes, de una manera mucho menos invasiva que si se intentara acceder a él desde el suelo de la iglesia.

Esta segunda fase de los trabajos será también financiada completamente por el Ayuntamiento madrileño, con una partida de 50.000 euros. Durará entre una semana y diez días, y se desarrollará íntegramente en el interior de la cripta, un recinto de unos 40 metros cuadrados a cuatro metros bajo el nivel de la superficie.

Para llevar a cabo los trabajos, el equipo de investigadores encargado de la búsqueda de Cervantes debe cumplir unas condiciones impuestas por el Arzobispado: no sacar ningún resto de la cripta salvo autorización expresa en este sentido; que religiosas de la comunidad que residen en el convento anexo velen por la buena marcha de los trabajos y porque estos no interfieran en la vida conventual; y que la cripta se devuelva a su estado original al finalizar las tareas.