Corizonas fue una de las sorpresas del Gigante
Corizonas fue una de las sorpresas del Gigante - alberto a. fdez
crónica festival gigante

Guadalajara da pasos de gigante

La música y la fiesta del festival de música independiente llenaron de vida a la capital alcarreña adormecida

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Vida. Eso es lo que ha supuesto para Guadalajara el Festival Gigante 2015, que parece haber aprendido bastante bien la lección con respecto a su debut el año pasado. Prueba de ello es la afluencia de público, que duplicaba la de la edición anterior (15.000 personas durante todo el fin de semana según la organización) y que se dejaba ver además de en el recinto de la Fuente de la Niña, en el centro de la ciudad, mezclándose con las actividades de Ferias y Fiestas que le toman el relevo a un Gigante que da pasos en firme para colocarse entre los festivales de referencia en España.

Ya desde primera hora del viernes se notaba que esta edición estaría mucho más concurrida que la anterior.

Para abrir boca, y aún de día, Chivo Chivato inauguraba el escenario Guadalajara y Juan Zelada el Gigante, que iba recibiendo a los primeros visitantes, que se encontraban con cambios respecto al año anterior: el escenario Guadalajara se apartaba de la entrada para dejar lugar a un «chillout» bastante aprovechado a últimas horas de la noche.

Jero Romero y Lichis daban el relevo en el escenario Gigante mientras Rufus T. Firefly hacían de las suyas en el escenario Guadalajara. Con Corizonas llegaba el punto álgido de la noche y la mezcla entre Arizona Baby y Los Coronas pusieron a bailar a toda la ciudad a ritmo de «Run to the River» o «I wanna believe». El público agradecía y respondía a los insistentes guiños y comentarios de Javier Vielba, que llegó a mezclarse con el gentío y en un arrebato, tirar el micrófono al aire. El resto de la banda tampoco se quedaba atrás: incluso David Krahe, recién operado y con un aparatoso artilugio en su rodilla saltaba y bailaba al son de unos Corizonas que siempre dan espectáculo, sea un festival con miles de personas o una sala con apenas decenas.

Tras el subidón, la gente se repartía entre Los Enemigos, unos viejos conocidos de Guadalajara (donde se les rinde tributo cada año desde hace tiempo) y Pasajero, que les plantaba cara desde el escenario pequeño. A pesar de deslucir su espectáculo de brillantina y lentejuelas por lo pequeño del espacio, Varry Brava también supo hacerse un hueco en una noche que dio más de lo que prometía a priori, incluida una pedida de mano en pleno concierto de los de Murcia. L.A. «robaba» algunos de estos activos demostrando una vez más un impecable directo. Estereotypo cerraba los conciertos del viernes dejando buen sabor de boca.

Sábado non stop

El sábado el Gigante salía por primera vez a la calle. Los Nastys abrían el escenario de la plaza Mayor para recibir el relevo de mano de The Noises, quienes llamaban a Dani Marco (que actuaría por la noche) para cantar a dúo. Pero sin duda Correos ofreció el mayor espectáculo frente a centenares de personas congregadas en el Ayuntamiento. Incluso aquellos que pasaban por casualidad por la calle Mayor se quedaban a escuchar los acordes de estos vascos que visitaban Guadalajara por segunda vez este año tras participar en el festival Ke Kaña.

Después la fiesta se alargaba en la plaza del Concejo (Super 8 Djs) y General Prim (El Inquilino, Volvokids y Coctail & Dreams) hasta casi empalmar con la vuelta a los conciertos en la Fuente de la Niña. Yo, Estratosférico abría la tarde demostrando su buen hacer en el escenario Guadalajara y cuarto de hora después empezaba Ángel Stanich. Daniel Marco y Full les seguían caldeando el ambiente hasta llegar a Dover. La banda de las hermanas Llanos hizo recordar a ratos aquel mítico concierto de ferias de hace casi dos décadas en el que «Devil came to me» o «Serenade» retumbaron en el antiguo auditorio, sin atisbo de ese repertorio más bailable y pop que hizo temer el fin de cómo se conocía a la banda hasta entonces.

Smile daban fiesta y frescura en el escenario Guadalajara, seguidos de los alcarreños Idealipsticks. Dorian recogía el testigo algo flojo al principio, aunque hacia el final y con sus canciones más conocidas (además de un efectivo y vistoso cañón de confeti) conseguían dejar en alto la actuación. Capitán Cobarde desde el escenario pequeño era la antesala del que seguramente fue el concierto más esperado por muchos: Vetusta Morla. Las pistas de la Fuente de la Niña se llenaron hasta casi los topes para un concierto que dio lo que prometió para los fans incondicionales de la banda. La afluencia de público disminuyó a pesar de que El Columpio Asesino hizo bailar a todos con su «Toro» y The Rebels caldearon el escenario pequeño, aunque Neuman terminó de rematar la noche con un concierto correcto pero colocado bastante tarde en el horario.

Como el año pasado, y quizá ya como principio de una tradición, los alcarreños Superframe cerraron el festival Gigante 2015, que ha llegado con los deberes hechos y dispuesto a quedarse, a pesar de que aún tiene que pulir algunos detalles (los baños siguen escaseando y se vieron y sufrieron colas kilométricas; amén del sistema de «fianza» de vasos, que provocó algún altercado a última hora del sábado), que no consiguen empañar un buen fin de semana de música que ha sabido resucitar Guadalajara.

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