Aparecen una veintena de corzos ahogados en un canal en Mirabueno

La zona cuenta con una central hidráulica en desuso en la que, al parecer, pudieron quedar atrapados los animales

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Los cuerpos de una veintena corzos ahogados así como un buitre leonado han aparecido en un canal de agua situado en el término municipal de Mandayona y que desemboca en el río Dulce, desde el que se abastece de agua potable al municipio de Mirabueno. Así lo ha denunciado el alcalde de Mandayona, Félix Torre, que ha explicado que hace una semana tuvo conocimiento de que 26 corzos y un buitre leonado se habían ahogado en el canal de agua de una central hidráulica en desuso, al caer en su interior y no poder salir.

El canal, de unos dos kilómetros de longitud, 1,70 metros de alto y dos metros de ancho, está situado en el término municipal de Aragosa, una pedanía de Mandayona y dentro del Parque Natural del Barranco del Río Dulce, a media docena de kilómetros de Peregrina, paraje donde el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente rodó numerosos capítulos sobre fauna ibérica.

Torre ha lamentado que los cadáveres aún no hayan sido retirados y de que no haya actuado la Consejería de Sanidad, a pesar de que personalmente ha puesto en conocimiento de la Junta de Comunidades esta situación. En este sentido, ha comentado que tras denunciar los hechos a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, se personaron agentes medioambientales que requirieron al propietario del canal que lo limpiara.

El propietario limpió el canal y bajó el nivel de agua para evitar más ahogamientos, pero «se limitó a sacar los animales muertos y dejarlos en un rastrojo junto al canal, e incluso algunos quedaron en el propio cauce del río Dulce», ha asegurado el alcalde Mandayona. «Está provocando un hedor insoportable, además de un riesgo de salud pública, ya que aguas abajo está la toma de agua potable de Mirabueno», ha advertido Torres.

A su juicio: «Lo único que se puede hacer con estos cadáveres es que personas especializadas en su tratamiento los entierren, ya que es tal su estado de descomposición que ya no sirven para llevarlos a una buitrera».

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