El penalista, en su despacho de la ciudad herculina
El penalista, en su despacho de la ciudad herculina - m. muñiz
Entrevista a josé luis gutiérrez aranguren

«No hay móvil ni pruebas, pero la primera noche ya se determinó el culpable»

A tres semanas del arranque del mediático juicio por la muerte de Asunta Basterra, la defensa de Rosario Porto, acusada por el asesinato de su hija, charla con ABC y adelanta parte de su estrategia de cara al esperado proceso

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

—Su defendida lleva dos años encarcelada. ¿En qué estado físico y mental se encuentra Rosario Porto?

—Está en una situación bastante difícil, porque la ayuda psicológica y psiquiátrica que se le venía prestando desde el exterior y que la mantenía con una cierta estabilidad mental y física, empieza a fallar. En este momento la situación, francamente, me preocupa mucho.

—Hace unas semanas su cliente ingirió una gran cantidad de pastillas que obligó a que le pusieran una presa de compañía. ¿Fue un acto de desesperación de cara al juicio?

—Yo vine diciendo, y se me hizo caso omiso, que Rosario Porto estaba en una situación límite. Parece que en un momento de desesperación tuvo ese comportamiento, y eso agravó su situación, porque de tener una cierta tranquilidad y estar sola en una celda ha pasado a tener que estar controlada por otra interna que, por mucho de confianza que sea, no deja de ser una intromisión en su vida.

—¿Cuánto tiempo hace que se reunió por última vez con Porto?

—La última vez fue el día 15 de agosto y la encontré francamente mal.

—Comentaba que Porto lleva mucho tiempo con ayuda exterior profesional. Pero, ¿nadie de su familia o del círculo de amigos que frecuentaba en Santiago acuden a visitarla?

—Sí, mantiene contacto con amigos. Con la familia no, porque perdió a sus padres y a su hija y no tiene lazos directos. Pero sí recibe visitas periódicas de gente de su entorno.

—Con su exmarido, Alfonso Basterra, ¿existe algún tipo de relación?

—Ninguna.

—Como abogado, ¿se plantea una estrategia de defensa común con la letrada del otro inculpado en la causa?

—No, yo siempre desmentí esa noticia porque no se atiene a la verdad. Yo voy a coincidir con quien se ponga a mi lado en todo lo que sea defensa de intereses comunes. Después, lo que es la defensa de cada uno de los acusados es absolutamente independiente.

—Conoce muy en profundidad el caso, están a punto de empezar a juzgarlo. ¿Cree en la inocencia de Alfonso Basterra?

—Como no me fue encomendada su defensa, jamás me planteé buscar la manera de defenderlo. Lo que sí le puedo decir es que cuando acepté el encargo de defender a Porto no me limitaba a tratar de probar su inocencia, sino que traté de buscar al responsable real de la muerte de su hija. Como ya se sabe, no se me permitió. Yo quise ejercer la acusación y se me dijo que era incompatible con la defensa. Si hubiera encontrado algún resquicio por el que poder investigar la conducta del señor Basterra, créame que lo hubiera intentado. No vi absolutamente nada y, por tanto, me limité a constatar la inexistencia de elementos incriminatorios, y no pude ir más allá.

—Una de las batallas que le ha tocado lidiar en los últimos tiempos ha sido, precisamente, la selección de este jurado. En teoría, personas ecuánimes e imparciales. ¿Lo ha conseguido?

—Todavía es prematuro poder afirmarlo. Hasta ahora nosotros examinamos a aquellos que presentaron excusas o que dejaron entrever que había una posición de parcialidad respecto a los hechos que se van a enjuiciar. Hay otra serie de candidatos del jurado que no avalaron ningún tipo de problema respecto a contaminaciones y demás. Pero esas personas todavía no fueron examinadas por las defensas. De manera que cuando llegue el día 29 de septiembre y empecemos con los interrogatorios, podría haber más recusaciones en función de las respuestas que puedan dar.

—¿Qué sucederá si se recusa a más miembros del jurado?

—Si no se cumple el mínimo para formar tribunal, habría que suspender de nuevo el juicio y seguir con los sorteos.

—En un primer momento, todas las tintas en lo que atañe a la muerte de la niña se cargaron sobre Rosario Porto. ¿Teme que la defensa de Basterra inculpe a Porto para liberar al padre?

—Yo espero y deseo que no sea así, entre otras cosas porque sería totalmente infundado. Pero tampoco me preocupa porque sigo manteniendo que no hay elemento objetivo y serio alguno que permita afirmar que Porto es autora de la muerte de su hija. Si quien predica su inocencia, como hace el señor Basterra, va a acabar dando algún elemento (que no se atendría a la verdad) que pudiera intimidar a Porto, eso supondría por su parte una asunción de responsabilidades.

—Comentaba que no ha podido hurgar en la verdadera autoría del crimen. ¿En el juicio se va a plantear algo en esta línea?

—Evidentemente van a aparecer elemento relacionados con esa imposibilidad de investigación a fondo que yo había pretendido. A título de ejemplo, la persona que quedó definitivamente exculpada, a la que se le denominó el propietario del semen de Madrid, esa persona y todo su entorno están citados por la Fiscalía para comparecer en el juicio.

—¿Insiste en que sigue siendo una posibilidad real?

—Es que es una posibilidad objetiva, que se descartó en base a testimonios de supuestos testigos que corroborarían su presencia en lugar ajeno a Santiago el día y a la hora en que se produjo el crimen. Créame que no hay un solo testigo de ello, salvo su familia directa y tras incurrir en múltiples contradicciones en tres declaraciones distintas.

—¿Cuál es para usted el móvil del crimen de Asunta?

—En este caso se llegó a una situación difícil de definir y tan peculiar como que ahora resulta que alguien mata a alguien sin una razón. Recuerde que primero era por un motivo económico. Una vez que apareció el testamento, se habló de una situación absolutamente ridícula que dice que Rosario ha matado a su hija porque quería tener una vida paralela. Se habló también de una posible locura. Nos sometimos a todo tipo de pruebas del Imelga y no pusieron absolutamente nada de relieve. No hay móvil ni justificación para esta imputación.

—Lo que sí hay es un sumario contundente y demoledor contra los dos únicos acusados...

—Aquí se determinó la primera noche quién era el culpable y desde ahí no hubo manera de desviar la atención hacia otras posibilidades que son bastante más objetivas y reales.

—Habla de buscar pruebas objetivas, pero en los últimos meses lo que se ha visto son filtraciones de cartas y selfies ante el féretro. ¿Cree que todo esto ha empañado la causa principal?

—Desde luego hay alguien que está empeñado, a la vista de que no hay pruebas, en ir manchando la imagen de Rosario Porto para presentarla como una persona depravada y sin sentimientos. Ésa es la pretensión que hubo desde el primer momento.

Ver los comentarios