Goretti Sanmartín y Xavier Vence, del BNG, durante la rueda de prensa
Goretti Sanmartín y Xavier Vence, del BNG, durante la rueda de prensa - cedida
gobierno de las diputaciones

PSOE y BNG sellan un pacto amenazado por sus disputas para presidir La Coruña

Ambas formaciones se niegan a ceder en sus pretensiones de ostentar el bastón de mando. La falta de acuerdo dejaría el ente en manos del PP

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El acuerdo programático firmado este viernes por PSOE y BNG para gobernar las diputaciones provincialess gallegas no significará que alguno de los dos alcancen el bastón de mando de las que todavía faltan por constituirse, pese a la euforia con el que fue presentado ayer por ambas formaciones. Sobre él planea la tensión entre socialistas y nacionalistas por su afán por presidir la coruñesa. Desde el PSdeG se entiende que el hecho de ser la fuerza de izquierdas con más representantes en el pleno les da la legitimidad para liderar la corporación, por lo que, según la secretaria de Organización de la formación, Pilar Cancela, «esa discusión no está encima de la mesa de negociación». En el extremo opuesto, los frentistas «no renuncian» a la presidencia y afean al PSOE que desde el primer momento se hayan negado a hablar de la cuestión, pues entienden que en estos casos «no se pueden tomar decisiones unilaterales».

Con los dos partidos enrocados en sus posiciones, al ser preguntados si estarían dispuestos a ceder en algún momento ambos se limitan a reafirmarse y confiar en la buena voluntad del otro. Si ninguno se pliega a las exigencias de su aliado, el ente coruñés pasaría a manos del PP al ser la lista más votada. Con el recuerdo de lo acontecido en Lugo todavía reciente, ninguno quiere colocarse en un escenario similar, pero tampoco ofrecen salidas para evitarlo. La conclusión que ofrece la responsable de Política Municipal del BNG, Goretti Sanmartín, es que «el escenario sigue abierto».

Acuerdo «histórico»

A pesar de su voluntad por encabezar la coruñesa, la formación nacionalista tachó ayer a las diputaciones de «anacrónicas», «redundantes», «sobrantes» y «rémoras del pasado», entre otros calificativos. No obstante, se escudan en su voluntad de acometer una reforma profunda para argumentar a favor la consecución del liderazgo en una de ellas para «visibilizar el cambio que se producirá en este mandato» tras un acuerdo que el propio BNG calificó de histórico.

Desde la discrepancia sobre el futuro de los organismos provinciales de ambos partidos, en el que los nacionalistas abogan por avanzar hacia la supresión y los socialistas por quedarse en una simple reforma, el pacto traza una serie de puntos de encuentro para ambos. Una de las principales apuestas sobre el papel es la del «adelgazamiento» de las estructuras burocráticas de las provincias y la entrega de competencias que ahora ostentan hacia la administración autonómica y hacia las locales.

Con el objetivo principal de «garantizar unos servicios públicos de calidad con independencia del tamaño de la población del concello en el que vivan» se plantea este acuerdo. En este sentido, se apunta a que los ayuntamientos de menor tamaño recibirán una especial atención por parte del Gobierno provincial, que además buscará fomentar vías de colaboración supramunicipal para mejorar la eficiencia en cada área de prestación.

Sobre la toma de decisiones, y aún haciendo evidente su tensión en la elección de cabeza visible, ambas formacionesm dicen querer «terminar con el presidencialismo» de los entes dando más participación al resto de grupos políticos y órganos colegiados.

Las provincias en liza en la próximam semana serán las de La Coruña y Pontevedra, pero la Diputación lucenses sigue siendo una cuestión sin cerrar, ahora aparcada por los socialistas tras la imputación de su líder, José Ramón Gómez Besteiro. En dos ocasiones señaló el portavoz del BNG, Xavier Vence, que «ojalá este acuerdo se pueda aplicar también en Lugo».

El papel de las Mareas

Las Mareas jugarán un rol simbólico en la disputa entre PSOE y BNG, ya que todavía deben decidir a cuál apoyarán. El líder de la compostelana, Martiño Noriega, avanzó que facilitarán «cambios» pero evitó posicionarse y emplazó a los partidos a que logren un acuerdo con anterioridad. La herculina, por su parte, celebra hoy una asamblea para decidir el sentido de su voto. Su cabeza visible, Xulio Ferreiro también apela a este pacto, pero mientras los nacionalistas esperan el resultado de la reunión, los socialistas dan por hecho que devolverán el apoyo que su partido les dio para ser nombrado alcalde de La Coruña.

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