Navantia Fene está adquiriendo una posición destacada en el sector de la eólica marina
Navantia Fene está adquiriendo una posición destacada en el sector de la eólica marina - efe

«Navantia es ya un fabricante de referencia para grandes compañías del sector eólico»

El astillero de Fene aspira a construir cada año 50 estructuras para torres marinas y rebasar los mil empleos gracias a la diversificación. El director de su astillero, Julio Martín, habla con ABC de este nuevo escenario

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En el astillero de Fene hasta ahora estaban acostumbrados al ritual que rodea a la puesta en quilla de una embarcación como fase destacada de su construcción. Menos habitual es, en cambio, que el montaje de las crucetas de una «jacket», estructura que soporta torres eólica marinas, despierte la misma expectación. Ocurrió por primera vez el pasado jueves y las perspectivas de diversificar el negocio en Navantia apuntan a que le seguirán muchas más.

La factoría pública de la Ría de Ferrol se adjudicó en diciembre un contrato de 29 bases de aerogeneradores para Iberdrola que se instalarán en el Mar Báltico. Lo hizo de la mano de la empresa asturiana Windar, consorcio que esta misma semana ha conseguido otro encargo para la noruega Statoil en aguas de Escocia.

Al hilo de estos cambios, el director de Navantia Fene-Ferrol, Julio Martín Ramos, experto en estas cuestiones, aborda para ABC los retos de futuro de este sector. Antes de recalar en la planta gallega, había sido ya el responsable de eólica marina en Navantia.

«Los empresarios locales ven la eólica como una oportunidad real»

Varios aspectos juegan a favor de Fene en este nuevo escenario, después de que el pasado 1 de enero expirara su veto a la construcción civil. «Fene tiene unas magníficas instalaciones y Galicia cuenta con empresas auxiliares de primer nivel, por lo el binomio que se forma con su capacitación es garantía de éxito —comenta Martín—. Estamos en una posición geográfica estratégica y la aparente desventaja que se podría presentar por el transporte, se compensa con la optimización de procesos para fabricar en serie». Son estas características las que han propiciado que Fene se impusiera a otras empresas más cercanas a los parques de destino, ubicados en el Báltico y en el Mar del Norte, respectivamente.

Opciones compatibles

«Las grandes estructuras que vamos a fabricar requieren grandes instalaciones, con importantes medios de elevación y logística interna, así como muelles que faciliten su transporte. Todo ello concurre en Fene», añade Martín antes de aseverar, «sin ningún tipo de presunción, que hoy en día Navantia figura para las grandes compañías del sector como un fabricante a consultar para sus parques». Preguntado respecto a si la antigua Astano tendrá futuro sin construir barcos, aclara: «No hay que plantear de forma excluyente la diversificación y la construcción naval». «Los empresarios locales ven la eólica como una oportunidad real», pues en la ejecución «de las estructuras tipo "jacket" participarán de forma muy activa muchas auxiliares de la comarca en fabricación de equipos y partes, elementos de calderería variada, ensayos no destructivos, centros de investigación y formación, andamios y pintura, inversiones en obra civil, etcétera».

Martín reconoce que la confianza de Iberdrola con este primer proyecto supone un escaparate internacional. También para la Bahía de Cádiz, donde se realiza la subestación eléctrica. Navantia tiene en el punto de mira nuevos encargos y centra sus acciones comerciales en países como Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Bélgica o Francia que cuentan con planes más avanzados en este tipo de energía renovable. Pero no pierde la pista a las españolas Iberdrola, Repsol o EdPr, lusa con base en nuestro país. «Iberdrola, a través de Scottish Power Renewables, tiene en desarrollo la primera fase del parque East Anglia en el Este de Inglaterra donde serán instaladas 102 turbinas, lo que puede significar una magnífica oportunidad para continuar nuestra actual relación», anticipa Martín.

Aclara que «evidentemente no se ha producido una necesidad repentina» que propicie estos contratos, «aunque hechos como el accidente de Fukushima o la decisión alemana de abandonar la energía nuclear han contribuido a impulsar su desarrollo marítimo» pese a no contar todavía con un marco regulatorio estable para el sector.

El reto es que Fene pueda construir cada año 50 estructuras, escenario en el que «no sería descabellado apostar que se podría pasar del millar de empleados». Para alcanzarlo, será clave no defraudar en los primeros encargos. Sirva como ejemplo que los cinco aerogeneradores de Statoil en Escocia constituirán «el primer parque eólico marino flotante del mundo. Para la UTE (Unión Temporal de Empresas) Navantia-Windar, y para Fene, supondrá un importantísimo impulso dentro del sector, al convertirse en referente mundial».

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