Fajos de droga de un decomiso de cocaína en un velero en Vigo
Fajos de droga de un decomiso de cocaína en un velero en Vigo - efe

La lucha contra el narcotráfico en Galicia, mermada por falta de personal y medios

Policías denuncian que los vehículos camuflados que usan son «de sobra conocidos» por traficantes habituales. Exigen la creación de un juzgado especializado para evitar retrasos judiciales en la Comunidad gallega

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Los últimos informes publicados por el Ministerio del Interior desvelan que las denuncias por tráfico de drogas se elevaron en la Comunidad gallega un 20% a lo largo de 2013. Las mismas estadísticas sitúan a la autonomía en el tercer puesto del ranking nacional en cuanto a incautación de cocaína y de cuarta en lo tocante a los decomisos de heroína, pero también refieren que se detiene a menos traficantes que en años anteriores. En concreto, esta caída es del 10%. Según los agentes de la Policía Nacional representados por el Sindicato Unificado de Policía (SUP), este descenso en el número de arrestos e intervenciones policiales no se debe a que la actividad delictiva en las calles esté controlada, sino todo contrario.

«Hay una falta de rigor en la apreciación estadística», apuntan para aclarar que «al haber pocos investigadores y con medios escasos, se producen menos detenciones. Esto es, los responsables políticos y policiales lo interpretan como un descenso del tráfico de drogas cuando, en realidad, los policías de a pie constatamos un aumento desmesurado de las drogas en la calle, que requiere un refuerzo de estas unidades especializadas», exponen a preguntas de ABC.

Tecnología anticuada

Detrás de esta denuncia policial que estaría afectando al desarrollo de la actividad contra el narcotráfico en tierras gallegas, los agentes apuntan a una carencia de medios técnicos y humanos. Sus quejas se centran en que los programas informáticos y los instrumentos tecnológicos a su disposición «están anticuados y no se adaptan a la nueva realidad delincuencial» que deben encarar a diario. En cuanto a la falta de personal, reconocen una carencia de relevos que estaría mermando, en su opinión, la estructura de los grupos especializados que se dedican a la lucha contra el tráfico de drogas en la Comunidad, puerta de entrada tradicional de cocaína y heroína al resto de España y Europa.

Al margen de la precariedad de sus sistemas informáticos, los efectivos de Policía que patrullan en las ciudades gallegas alertan de que hay comisarías que sólo tienen dos vehículos camuflados para investigar a este tipo de delincuentes. «Los traficantes pagan unos 100 euros por conseguir las matrículas de nuestros vehículos, pero en realidad es muy fácil hacerse con ellas porque son los mismos desde hace muchos años. No se hace rotación ni sustitución de los coches, lo que nos complica mucho la labor de seguimiento e investigación», detallan fuentes del SUP.

Retrasos judiciales

Entre las peticiones que los funcionarios dedicados al narcotráfico han hecho llegar a los altos mandos en las últimas reuniones trimestrales mantenidas con ellos también está la creación de un juzgado especializado que evite los retrasos judiciales en este ámbito que, en algunos casos, «llegan a truncar investigaciones de varios meses». Una reivindicación que también hace suya el presidente de la Fundación Gallega contra el Narcotráfico, Fernando Alonso, y que coincide en su planteamiento con la Fiscalía de Galicia. Y es que este órgano judicial advirtió en varias ocasiones de la necesidad de disponer juzgados temáticos, alegando precisamente el tipo de actividad de estos grupos en zonas neurálgicas como Galicia, Andalucía o el Levante español. Para Alonso también es prioritario el cumplimiento íntegro de las condenas en el caso de los grandes capos de la droga.

Investigaciones cruzadas

En este plano, desde el SUP gallego exigen una mayor coordinación entre las unidades antidroga de Policía, Guarda Civil y Vigilancia Aduanera por los solapamientos que en ocasiones se producen entre los distintos cuerpos a la hora de seguir a un traficante. «Ha llegado a haber investigaciones que se cruzan. Se dan con demasiada habitualidad este tipo de casos, como que un coche de la Guardia Civil esté vigilando a un traficante que también esté siendo perseguido por la Policía Nacional», inciden al respecto de los obstáculos que frenan sus pesquisas para destapar redes y tramas. «Las informaciones hay que trabajarlas mucho, hacer seguimientos, tirar de la cuerda y ver qué sale, y eso lleva su tiempo», afirman para evidenciar una descoordinación que, a la postre, puede echar abajo un caso.

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