Los líderes de populares y socialistas gallegos durante su reunión el pasado noviembre
Los líderes de populares y socialistas gallegos durante su reunión el pasado noviembre - EFE

Cita en San Caetano para el desacuerdo

Feijóo y Besteiro vuelven a reunirse un año después de su primer encuentro obligados a hablar de corrupción

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La reunión entre el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el secretario general del PSdeG-PSOE, José Ramón Gómez Besteiro, no producirá abundantes frutos. Todo parece indicar que la escena del sofá monclovita transplantada a Galicia sólo servirá para escenificar que el jefe del Ejecutivo autonómico y el líder de la oposición hablan, al menos, una vez al año, si acaso eso fuera consuelo.

Los gestos previos, que rodean los encuentros importantes, son en esta ocasión sobrios y fríos. Sólo Feijóo parece sentirse obligado por la conveniencia de acordar los grandes temas de Galicia entre los dos partidos mayoritarios.

El líder del PSdeG acude a la llamada del presidente con poco entusiasmo, tras solicitar de manera reiterada la necesidad de celebrar reuniones periódicas.

El inconveniente es que, si el resultado es la nada, la fórmula del sofá no será más que una estampa caduca y de poco valor para el conjunto de los ciudadanos gallegos.

«Crisis económica y corrupción»

Y aunque el resultado de la reunión parece asumido por ambas partes, Feijóo avanzó ayer que «vamos a hablar de lo que los gallegos nos piden que hablemos» y, asediado por los micrófonos durante una visita a la Ciudad de la Cultura, ejemplificó sus prioridades en forma de preguntas: «Cómo luchamos contra la crisis económica y contra la corrupción», para concluir que «hay que hablar y concretar y, si es posible, acordar».

Los juegos verbales del presidente no hicieron mella en los socialistas. Desde hace días, los dirigentes del primer partido de la oposición han ido enfriando a conciencia las posibilidades de acuerdo. El portavoz parlamentario, José Luis Méndez Romeu, aseguró ayer en rueda de prensa desconocer los temas de la cita «porque en realidad no hay agenda». Por su parte, Besteiro aprovechó la víspera para exhibir en el Parlamento su forma de gobernar la Diputación de Lugo y para exigirle «valentía» al presidente.

Entre el cruce de ideas previo a la cita, Feijóo se preguntó si el PSdeG tiene autonomía con respecto a la organización federal socialista. Parece adivinar que la negativa de los dirigentes del PSOE a pactar con el PP cualquier medida contra la corrupción en Madrid va a condicionar a la federación gallega, y quizás no se equivoque.

Fuentes socialistas consultadas por ABC aseguraron que sólo habrá pacto contra la corrupción si se suman los demás grupos de la Cámara, lo que no se va a producir por la negativa de BNG y AGE. Al margen de las diferencias de fondo, los socialistas calculan que cualquier foto con el PP puede perjudicar «la recuperación en la intención de voto de nuestro partido o aparentar ser cómplices de la corrupción estructural».

El argumentario socialista para evitar el pacto se nutre de razones recurrentes y de la exigencia constante de la militancia de distanciarse «de cualquier forma» del gobierno de Feijóo. Pese a lo cual, Besteiro pidió al presidente «que asuma sus responsabilidades» para afrontar los retos que Galicia tiene por delante.

No obstante, parece que habrá excepciones al margen de la mayor o menor valentía de los interlocutores. La negativa del PSdeG al pacto se relativiza a la hora de abordar temas como la renovación de cargos institucionales. Varios diputados socialistas sostienen que «el secretario general quiere pactar la tele» —en referencia al consejo de administración de la CRTVG— y es en este terreno del reparto de cromos donde gobierno y oposición pueden buscar utilidad a una reunión descafeinada y que sólo adornarán declaraciones y soflamas ya repetidas.

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